[Todos] [Alumnos] Ojea, la democracia y el "soberano"

rober rober en qi.fcen.uba.ar
Lun Dic 13 15:07:55 ART 2010


iojea en dm.uba.ar writes: 

> Dr. Etchenique: 
> 
> Lamentablemente me resulta muy trabajoso tratar de entender lo que usted
> me escribe.
 

Ojea: No es necesario trabajar tanto! 

Lo que yo escribo es muy simple. Digo que en ninguna universidad publica del 
mundo se toman decisiones con la formula "1 universitario = 1 voto".
Ud, como matematico, sabe que con solo UN contraejemplo lo que digo se 
vuelve falso. Puede ahorrarse kilometros de declaraciones y opiniones sobre 
la historia de las monarquias con solo citar UN contraejemplo. 

Lo unico interesante que encuentro en su mensaje es la siguiente parte:
 ------------
> Si le digo que cuando usted vaya a votar, en una elección nacional, o
> municipal, o en el club de fútbol del cual sea socio, van a computar su
> voto como UNO, como el del tipo que esté detrás de usted en la cola, y el
> siguiente y el siguiente 
, espero que no le dé una ataque. Pero es así,
> cada voto vale UNO. ¿Es un horror no?, pero se va a tener que acostumbrar,
> porque es así.
 ------------ 

No es ningun horror. En todos esos ejemplos el que vota es efectivamnte el 
soberano. Aun en el ejemplo (extremo) del club de futbol. A la CD de Boca 
Juniors no la van a votar los socios de River Plate, ni tampoco los 
ciudadanos en general, ya que el CABJ pertenece a los socios de boca, no al 
Pueblo.
El caso de la Universidad es muy diferente, pertenece al Pueblo Argentino, y 
por lo tanto el soberano, en caso de votacion, corresponde a todos los 
inscriptos en el padron electoral nacional. (ya que en nuestra democracia 
solo los mayores de 18 votan). 

Las decisiones fundamentales de las Universidades Publicas, en nuestro 
país, las toma el Pueblo (la sociedad, la ciudadania, si le gustan mas 
estos terminos). Y lo hace a traves de sus representantes, diputados y 
senadores, a los que elije con el metodo democratico de "1 hombre = 1 voto" 
que se diferencia totalmente de su propuesta elitista de votacion directa "1 
universitario = 1 voto". 

rober 

 

 

 

 

 


> El texto por dislocado e inconexo es difícil de leer, y de entender. Para
> mí particularmente, porque soy el interpelado. Me habla a mí,
> supuestamente respondiéndome, a argumentos o posiciones que yo jamás
> expuse, está usted inventando a un interlocutor que no soy yo.
> Comienza diciéndome "por supuesto Ojea, pero 
", ¿Qué es lo supuesto?,
> vaya uno a saber.
> Me señala que el "universitario" no es soberano (?). Textualmente dice:
> "Los universitarios no somos "soberanos" de nada, sino beneficiarios o
> trabajadores de la Universidad que paga el Pueblo", y antes sostiene que:
> "La explicacion es simple: para que sea "1 hombre = 1 voto" los que votan
> deben ser todos los argentinos y extranjeros habilitados para votar, no
> los universitarios".
> Siempre me divierte lo de "Universidad que paga el Pueblo", no porque lo
> diga usted, sino en general. Los que usan esta frasecita, se refieren "al
> Pueblo" en mayúsculas y tercera persona. Me pregunto: ¿Algún complejo?
> ¿Alguna necesidad de darse barniz de populares? En tal caso lo hacen de
> manera tan torpe que en la misma enunciación delatan que se sienten fuera
> del “Pueblo”. Curiosamente es el latiguillo de los partidarios del
> arancelamiento, quienes quieren a toda costa enfrentar a “el Pueblo”, con
> los universitarios (estudiantes). Esta clase de “populares” tenemos.
> En lo personal no tengo confusión al respecto, el dato objetivo,
> constituye mi subjetividad. Formo parte del pueblo. Y es así, nosotros,
> como pueblo,  pagamos no solo las Universidades, sino TODO, comenzando por
> los sueldos de todos los funcionarios, Legisladores, Ministros, Jueces, y
> hasta deudas que no contrajimos ni nos beneficiaron, lo construimos TODO,
> somos la Nación, y mi carácter de ciudadano es inescindible de mi
> condición de miembro de este pueblo.
> Un ciudadano es a tiempo completo, o no es.
> ¿Usted pretende castrarnos de nuestra ciudadanía en la Universidad?
> Su interpretación del concepto de "soberano" me resulta curiosa. Parecería
> que el término le causase hilaridad. Que prende usarlo para tomarme el
> pelo.
> Me pregunto: ¿Me está tomando el pelo?, ¿o de verdad su intención es
> polemizar conmigo? 
> 
> El principio democrático se funda históricamente en un sutil recurso
> dialéctico: el de negarle al Soberano (el Rey) la autoridad por derecho
> propio o delegación divina, aduciendo que dicha autoridad emana del
> pueblo, auténtico Soberano (por bondad de Dios). Siendo así: el auténtico
> soberano, así como da, puede quitar (autoridad al Rey). En estos términos
> es evidente que el concepto de “Soberano” es una ficción, pero se
> constituye en un poderoso ariete discursivo sobre el que se funda la idea
> democrática que conduce al concepto moderno y que permitió, por ejemplo,
> que las revoluciones burguesas derrocaran al "Antiguo Régimen". El
> “Soberano”, en tal caso, no es una cosa en sí.
> Utilicé una sola vez la expresión "soberano", para establecer lo que es la
> base del marco teórico para una democracia moderna, en su etapa madura.
> Dije: "En un sistema de democracia política, cuando el soberano vota se
> computa un hombre, un voto", ¿alguna objeción a esto?
> Por otra parte resultaría absolutamente lícito utilizar la expresión
> “soberano”, como recurso retórico al referirse por ejemplo, en su ámbito,
> al conjunto de vecinos que integran una sociedad de fomento, por oposición
> a las autoridades que surgen de su voluntad.
> Para usted, soberano sólo "es el Pueblo argentino". No me parece serio que
> nos pongamos a discutir si los universitarios somos (sic) "soberanos".
> Dice más adelante:
> "Las propuestas presentadas de los mismos actores políticos que tomaban la
> asamblea universitaria exigiendo cambio de representación no pedían '1
> universitario = 1 voto', así que según usted esos planteos no son
> democráticos, solo una forma numéricamente diferente de la actual".
> Esa parrafada surge de la nada. No tiene vinculación, no la veo, con nada
> anterior ni posterior, ni yo califiqué de ninguna manera "esos planteos",
> puesto que ni sé de qué se trata. ¿De qué está hablando? ¿Habrá que probar
> con la máquina Enigma?
> Por lo que sigue luego, me queda claro que para usted la elemental fórmula
> de "un hombre, un voto", es una aberración que no puede ser, que no existe
> en ninguna parte del mundo, diría que la sola mención le produce una
> reacción fóbica.
> Es una posición que contraría los datos de la realidad, por lo menos en
> todo el mundo occidental. Confundir adrede, valor del voto emitido, con
> sistemas de representación, que están acotados a formar los órganos de
> gobierno, conduce a situaciones de donde es difícil salir inmune. Elegir
> malas tácticas, y sostener posturas ridículas hasta límites irritantes
> respecto de aquellos a los que todo gobernante debería aspirar a
> convencer, expone a pagar los costos, hacer el ridículo, y como mínimo
> exponerse a la ironía, permítame entonces la ironía:
> Si le digo que cuando usted vaya a votar, en una elección nacional, o
> municipal, o en el club de fútbol del cual sea socio, van a computar su
> voto como UNO, como el del tipo que esté detrás de usted en la cola, y el
> siguiente y el siguiente 
, espero que no le dé una ataque. Pero es así,
> cada voto vale UNO. ¿Es un horror no?, pero se va a tener que acostumbrar,
> porque es así.
> Le digo más, en las elecciones para elegir los 4 consejeros que el
> Estatuto le asigna al claustro de graduados para conformar el Consejo
> Directivo, mi voto valía UNO, al igual que el de todos los otros graduados
> que votaron. Es más: valía UNO, tal cual valía su voto, cuando votaba
> usted como graduado, y como luego votó como profesor. Si yo supiera que,
> por ejemplo, en las últimas elecciones, a mi voto le asignaron un valor
> distinto de uno, cualquier valor pero distinto de uno, "un hombre un
> voto", ya mismo impugnaría la elección, ¿me certifica usted que mi voto no
> valió uno?
> ¿No que no?
> Entonces, quiere vendernos a todos gato por liebre. 
> 
> En mi mail a Petroni decía: (pido disculpas por la extensión que implica
> la cita, pero dado que usted discute con usted mismo, y no conmigo, me veo
> obligado a transcribirme):
> "Existen otras formas de legitimar tanto la autoridad como las decisiones
> que ésta toma. Los monarcas teocráticos, por ejemplo, gobernaban por
> derecho divino, hasta que no fue posible sostener esta forma de
> "interpretar" la voluntad divina. En 1789 la nobleza "global" de la época
> tuvo una respuesta que aún vibra; tanto, que hasta nuestros días toda
> pretensión autocrática o autoritaria siente la necesidad de enmascararse,
> y esa máscara es SIEMPRE una "interpretación" de lo que debe entenderse
> por democracia."
> Y luego:
> "Toda sociedad política necesita de procesos e instancias de legitimación,
> niegue esto y propiciará el estallido, (...). Los "consejos" de Maquiavelo
> no son más que un compendio razonado de fórmulas que reflejan, en el
> fondo, un saber elemental que todos los gobernantes autocráticos supieron
> siempre por instinto: no se puede gobernar ignorando olímpicamente la
> opinión de los gobernados. Aún para eludirla o traicionarla.”
> “El movimiento de 1918 que detonó la Reforma Universitaria en nuestra
> Córdoba y aún (!) reverbera en toda la América hispana (y más lejos
> también) transformó definitivamente a la comunidad universitaria en una
> sociedad política moderna, y ustedes, Sumatoria, se comportan como los
> pajes y monaguillos del obispo cuyo morado atuendo hicieron jirones los
> insurrectos de entonces. Son un caso especial de necedad.”
> “Afortunadamente el sistema de gobierno de la Universidad, descendiente de
> aquella Reforma, y pese a las reminiscencias medievales de Sumatoria, es
> bien distinto de una autocracia sectorial. El sistema de elección es
> conservador (el adjetivo es calificativo, no peyorativo). Así, los
> profesores tienen proporcionalmente más consejeros que los graduados y
> éstos que los estudiantes. Cabe remarcar que, dentro de cada claustro se
> computa un hombre igual un voto. Una vez elegido, el Consejo Directivo se
> constituye como órgano de gobierno de la facultad toda. El CD así formado,
> representa y gobierna a TODA la comunidad. En tal carácter, como
> representantes y gobernantes de toda la comunidad, los consejeros deben
> atender a los intereses, las aspiraciones, bienestar y futuro de esa
> comunidad como un todo. " 
> 
> Lo que antecede es la síntesis de cómo se constituyen los órganos de
> gobierno de la facultad, conforme al sistema establecido en el Estatuto,
> puesto en sucinto contexto histórico y político.
> No expreso deseo ni opinión alguna: DESCRIBO. Sin embargo dice usted: "...
> como usted que quiere tener la forma de gestión 1 universitario = 1 voto"
> (sic). ¿Cómo llegó a esa conclusión?, ¿Dónde hay un mínimo pié para ello?
> Es un misterio. Insisto: creo que está polemizando con sus propias
> elucubraciones circulares.
> Además expongo allí la necesidad histórica para cualquier forma de
> gobierno, de legitimarse.
> La “consulta” es un “mecanismo de legitimación” que no tiene nada que ver
> con los “sistemas de representación”, no advertir la diferencia es de
> pirómanos.
> Usted, por su parte, expone su idea del gobierno universitario del
> siguiente modo: "Los universitarios gestionan y su deber es hacerlo por el
> bien de todos, no de los universitarios".
> En primer lugar: ¿quienes son los universitarios? Yo me considero
> universitario: soy un miembro de la comunidad universitaria. Sin embargo,
> no "gestiono" nada, puesto que no formo parte de los órganos ejecutivos de
> la facultad. Pero el disparate no se acaba allí. Etchenique: ¿quiénes son
> "todos"? ¿el pueblo argentino? ¿la Nación entera? ¿"Gestionan" los
> universitarios los destinos de la comunidad Qom de Formosa o la
> explotación de los recursos naturales, o la política económica del país?
> La Universidad Pública es autónoma y, en tanto tal, tiene derecho
> (constitucional) a darse su propio gobierno. El alcance de la autonomía,
> sin embargo, se limita al ámbito de la Universidad. Intente usted
> promulgar una ley de alcance nacional en el Consejo Directivo de Exactas y
> cuéntenos el resultado. Será un buen experimento para poner a prueba su
> "interpretación" del gobierno universitario. Es usted quien “interpreta”
> los órganos de gobierno. Y es su “interpretación” la que se da de palos
> con la realidad.
> Es la Universidad (que no los universitarios, ni el gobierno
> universitario) la que se concibe como destinada a servir  "al bien común"
> (expresión sutilmente distinta, pero con implicancias bien diferentes que
> "el bien de todos"). Por cierto, ¿qué entiende usted por "el bien de los
> universitarios"? Por lo que puede verse, considera usted que el "el bien
> de los universitarios" está contrapuesto a "el bien de todos" (?). El
> gobierno universitario administra la Universidad: la vida de la comunidad
> universitaria. El bien de la comunidad universitaria es imprescindible
> para conseguir que la Universidad esté, en efecto, al servicio de la
> sociedad. 
> 
> Me da usted, a continuación, una lección de constitucionalidad. Dice: "En
> nuestro sistema, el "soberano" elige diputados (y puede votar aunque no
> este inscripto en el CBC) y esos diputados eligen la forma de GESTIONAR
> las universidades a traves de leyes como la que da validez al estatuto
> universitario. Los universitarios simplemente gestionan, y su deber es
> hacerlo por el bien de todos, no de los universitarios."
> Y finalmente me aconseja:
> “Si hay ciudadanos como Ud que quieren tener la forma de gestion "un
> universitario = 1 voto", es completamente posible, y simplemente una forma
> mas, por supuesto que no seria democratica (en los terminos que Ud. lo
> refiere) ya que el 99% de los dueños de esa universidad no votarian. Pero
> es factible. Para hacerlo, pueden participar en politica, cambiar las
> leyes y se acabó. Nuestro país, con todos sus problemas, es una republica
> democrática. Permitame dudar que los estudiantes quieran eso, porque de
> otra manera ya habria partidos politicos (honestos y advenedizos) que
> llevarian cientos de miles de votos con esa propuesta con solo apelar a
> los estudiantes que cursan en la UBA".
> Gracias por el consejo, es bastante confuso, pero no me parece que pierda
> gran cosa. Le reitero, sin embargo, que nunca hablé de lo que yo quisiera
> o de lo que me gustaría, sino que describí el gobierno de la facultad, tal
> como está concebido en el Estatuto. Por lo demás, de lo que puede sacarse
> en limpio, queda claro que su idea de la democracia, así expuesta, es
> pobre, permite pensar que tiene un bajo concepto de la democracia, y de su
> actor principal: el ciudadano, que da la casualidad es el constituyente
> del soberano.
> No hay ingeniería institucional que haga una democracia, si no hay ciudadano.
> Si el Consejo Directivo de la Facultad (y el Consejo Superior de la UBA y
> de todas las Universidades Nacionales), debe limitarse pura y
> exclusivamente a "gestionar" ajustándose a las normas emanadas del
> Congreso, mediadas por los Ministerios (por cierto: este argumento niega
> la Autonomía Universitaria, ya que hasta la AFIP sería mas “autónoma”),
> entonces no haría falta un "Consejo", ni sería necesario llamar a
> elecciones. ¿Para qué duplicar burocracias y costos? Habrá seguramente
> alguna oficina del Gobierno Nacional, con tiempo ocioso como para hacerse
> cargo de esa “gestión”.
> Los del Consejo Directivo son cargos políticos, que implican la
> posibilidad de propiciar y llevar adelante unas u otras políticas dentro
> de la facultad, que como vimos tienen proyecciones fuera de la vida
> universitaria (sintéticamente lo del “bien común”); por su parte, las
> decisiones que se tomen en el ámbito nacional pueden incidir, hasta muy
> fuertemente, en todo lo que tanto estatutariamente como por consenso
> político le compete a la Universidad, incluyendo lo del “bien común”. O
> sea que el soberano (vuelva a permitirme la licencia) elige más que
> “gestores”, hace una elección de contenido político, y en tiempos de
> cambio y turbulencias, más claramente. Si por las razones que fuera, a los
> efectos de búsqueda de legitimidad, debe ser consultada la comunidad (el
> soberano), para auscultar su opinión mediante un voto, pretender luego
> “interpretar” ese voto, y siendo más grave, menear este criterio una vez
> conocido el resultado, claramente no contribuye al objetivo de la búsqueda
> de legitimidad.
> Como el Estatuto no contempla ningún mecanismo de consulta, ni la forma de
> emitir el voto, ni de fiscalizarlo, ni de evaluarlo, ni nada al respecto,
> el único punto de referencia es externo, donde sí se ha legislado (lo cual
> es una vía de legitimación política), acerca de las consultas populares y
> los referendos. En todos esos casos el criterio de evaluación y de
> votación se diferencia claramente de los criterios que tienen que ver con
> la representación, y no podría ser de otra manera, porque la materia es
> claramente distinta, en ningún caso para una consulta popular o un
> referendo, el voto está mediado por ninguna forma de representación, si no
> fuese así el mecanismo estaría viciado de algo que podríamos llamar
> “tautología”. Cuando el sistema de representación no es hábil para
> resolver la cuestión de la legitimidad, no lo puede resolver reiterándose.
> Más de lo mismo no convence a nadie, y se percibe como una burla (lo es).
> Sobre la base de los resultados de la consulta o referendo, expresados de
> acuerdo a los criterios que le son propios (y distintos de los del sistema
> de representación), intervendrá luego el mecanismo institucional
> establecido, con su sistema de representación, y hará lo que pueda, pero
> nunca debería alegar que la sociedad dijo algo contrario a lo que
> realmente dijo (es de sentido común).
> ¿Hablo aquí de mis deseos?, ¿sostengo alguna utopía anarquista?, ¿aparezco
> como un ferviente defensor de algún sistema asambleario?, ¿luzco como un
> idealista ingenuo y romántico?.
> ¿No advierte que la mirada que expongo tiene bastante que ver con lo que
> se llama “realpolitik”, y no con todo lo anterior, que es de lo que parece
> querer acusarme? 
> 
> Por supuesto que tengo opinión, y espero haya quedado clara, rechazo la
> LES, y en lo inmediato las acreditaciones, que son su “cabeza de playa”,
> de esto sí puede acusarme, y no me ofende, si que quieran tomarme el pelo.
> La valoración de los votos en la Universidad es igual a la de otros
> sistemas políticos (el de las Naciones, los Estados, las Provincias, por
> ejemplo). Lo que cambia no es la premisa elemental "un hombre, un voto",
> sino el sistema de representación, que es el que determina cómo se forman
> los órganos de gobierno, y en última instancia puede (no necesariamente)
> hacer que los votos emitidos y computados, de a uno por elector, tengan un
> peso representativo distinto, según lo que haya perseguido el Legislador.
> Precisamente por eso donde se legisló sobre un sistema de consultas o
> referendos, hubo la necesidad, de eliminar esas distorsiones, siendo que
> es la única instancia en que el soberano es interpelado de manera más
> directa, y aquí si, “un voto un hombre”, tiene su expresión plena a la
> hora de leer los resultados, sin distorsiones.
> ¿Es esto un sistema de “democracia directa”?, claramente no, ¿quién en su
> sano juicio podría sostener algo semejante?
> Nuestra constitución consagra un sistema de Democracia Representativa y
> Federal, división de poderes, etc. Y a las Universidades Nacionales les
> otorga autonomía (que es académica, administrativa y política), y el
> sostén económico. En ese contexto las Universidades se dan su sistema
> interno de gobierno a través de los Estatutos. ¿Dónde en nuestros
> Estatutos se consagra un sistema corporativo?, en ninguna parte.
> Siendo que la misión básica, esencial, de la Universidad es educativa, de
> estudios y formación, la división en Claustros responde a una
> diferenciación objetiva de nuestra comunidad, de acuerdo a funciones,
> Profesores y alumnos, habiéndose incluido a los egresados o graduados.
> Así el órgano de gobierno se forma con representantes por Claustro.
> En sus remotos orígenes la primitiva universidad fue una corporación,
> también llamada gremio o “universitas”. Me refiero a la universidad de
> Bolonia, creada por los estudiantes que se unieron por protección,
> obteniendo del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (Federico
> Barbarroja), reconocimiento y autorización para funcionar (cédula de
> 1158). Lo más interesante y aleccionador, que tiene valor para pensar el
> presente sin prejuicios, es que esa “universitas” de Bolonia fue creada y
> gobernada por estudiantes. Ellos determinaban los estudios (planes y
> contenidos), establecían el requisito de profesionalidad de los maestros,
> fijaba su remuneración, juzgaba su desempeño, y les aplicaba multas si no
> cumplían con sus funciones: además regulaban el precio de los libros y del
> hospedaje. Y para colmo fue la mejor escuela de leyes de toda Europa, en
> su época.
> Etchenique, usted que se escandaliza por lo de “un hombre un voto”, ¿está
> tan seguro de lo que querrían los estudiantes? Ya que usted me lo pregunta
> a mí, yo se lo pregunto a usted.
> Retomando la cuestión del origen de la “universitas” como corporación, hoy
> por hoy no lo es, (aunque en la autonomía hay que reconocer un remedo de
> aquello), menos lo son los claustros. Pretender que los representantes de
> cada claustro, se deben a su claustro, exclusivamente, es un criterio
> corporativo, pero no de inspiración directamente medieval, sino más
> moderna, y eso no se sustenta en ninguna Ley ni Estatuto.
> Me doy cuenta que además de las cuestiones de la LES, y acreditaciones,
> donde usted no esta de acuerdo conmigo, por la concepción que ha expuesto
> sobre el rol del órgano de gobierno universitario, como de “gestión” en
> forma excluyente, tampoco comparte una visión más política de la cosa. Yo
> no le  reprocho eso, serán los electores, los que en el futuro opinarán
> acerca de esa cuestión con el voto.
> Sí le reprocho el apuro injustificado, lo que incluye la elección del
> momento de virtual receso, eso no tiene nada que ver con la democracia, ni
> con el bien común. Pacificar los espíritus es una responsabilidad mayor
> para el gobernante que para el gobernado. Aunque no estemos de acuerdo,
> espero lo entienda.
> Acá no está en juego ni su orgullo, ni el de ninguno de los consejeros que
> no atendieron al “no” de la consulta, lo que está en juego es una
> instancia de elección de mucha importancia, que no es meramente doméstica,
> sino que responde a una ofensiva global de los mismos poderes que tanto
> daño, como país, nos han hecho. El Acuerdo General de Comercio de
> Servicios, de 1995, contemporáneo a la Sanción de la LES pone en claro el
> tipo de alineamiento mundial al que está destinada a someternos la LES, ya
> que no ha sido concebida para resolver nuestras necesidades nacionales de
> formación superior, sino en función de ese alineamiento en beneficio del
> mercado global de capitales que ha visto en el comercio mundial de
> servicios una enorme fuente de ganancias, el Banco Mundial pone la
> zanahoria. Desde luego en los servicios se incluyen los servicios
> educativos, pero también todos los vinculados a los profesionales
> (cerebros) formados en las universidades, y la explotación de esos
> recursos de conocimiento. Los países de la periferia llevaremos la peor
> parte por partida doble, se incrementará el costo de la educación
> superior, con cargo a los estudiantes, y/o a los graduados, y/o al pueblo
> en general, con arreglo a alguna fórmula que ya estará en proceso de
> invención, al mismo tiempo que seremos exportadores netos de cerebros, en
> una medida mayor a la que ya somos: y los resultados pérdida pura, por lo
> que no hay que vacilar en calificar de criminal semejante política. El
> Acuerdo General de Comercio de Servicios no deja lugar a dudas, no se
> trata de simples interpretaciones: Explícitamente se propone liberalizar
> el comercio de servicios introduciéndolos en el mercado mundial y
> considera que la financiación pública es un elemento que distorsiona los
> mercados. Etchenique, le pregunto: ¿Qué opinará el pueblo?, no ya los
> estudiantes. Mientras el gobierno de Menem en un servilismo abyecto
> apuraba el trámite, con una velocidad pasmosa. En Europa se tomaron más
> tiempo, además ya venían elaborando mecanismos de integración con arreglo
> a la creación de la Unión Européa, pero en el marco El Acuerdo General de
> Comercio de Servicios, recién en 1999, en la ciudad de Bolonia se arriba a
> un acuerdo (Acuerdo de Bolonia) que suscriben 29 ministros de educación
> europeos lo que da origen al Proceso de Bolonia que culmina en la creación
> del Espacio Europeo de Educación Superior, que recién ahora debería
> alcanzar sus objetivos, Pese a tan dilatada elaboración, y supuesta
> posibilidad de “ablandar” a la opinión, todo el Proceso de Bolonia está
> cargado de conflictividad y violencia, la que, por simpatía, con
> frecuencia se extiende al resto del sistema educativo, y mas
> recientemente, con la irrupción de la crisis y las políticas de ajuste, el
> conflicto se potencia.
> En nuestro caso, mas allá del daño futuro, derivado del señalado
> alineamiento de la LES, sostener la inercia de su  vigencia representa un
> daño inmediato, porque introduce, importa, sin pasar por aduana, un
> conflicto que podemos ahorrarnos. Y pudiendo, debemos.
> Salvo que no estemos en presencia de un muerto que se niega a enterarse,
> sino en una situación en la que en verdad no haya ninguna intención en
> formular una nueva Ley radicalmente distinta, inspirada en nuestras
> necesidades nacionales, entonces el conflicto será nuestro de pleno
> derecho.
> El gobierno de Menem nos permite otro ejemplo: con su política de
> “relaciones carnales”, que implicó no solo alineamientos internacionales
> de alto costo, introdujo además reformas radicales en el sistema educativo
> cuyos daños ya son visibles, y lo que es más grave, difíciles de revertir,
> en ambos sentidos hay consenso de opinión, en la sociedad, en la comunidad
> educativa, y en el medio político (que no se haga nada realmente serio es
> otra cosa), bueno hubiese sido que ese consenso hubiese existido antes de
> aplicar las nefastas medidas.
> Ante ésto tenemos sin embrago el caso la Ciudad de Buenos Aires que es
> digno de mención, y viene al caso. No aplicó la Reforma Educativa y salió
> beneficiada, el sistema educativo en la ciudad, si bien arrastra viejos
> problemas, no sufrió la desarticulación desastrosa del resto del país. El
> exministro Filmus, continuador, en la ciudad, de esta línea, no sólo no es
> penalizado por haber hecho uso de aquellos recursos que le permitieran no
> acatar ciegamente una legislación impopular y a todas luces contraria a
> "el bien común", sino que, muy por el contrario, es reconocido por ello. Y
> en buena hora. 
> 
> Espero que el Consejo Directivo, en su reunión de este lunes, como lo hizo
> en la votación anterior, haga honor a su vínculo con nuestra comunidad, la
> que expresó su claro rechazo a la LES, y al dardo envenenado del requisito
> de las acreditaciones.
> Hay tiempo y recursos ciudadanos por desplegar que no se usaron. Vale la
> pena tomarnos el espacio que necesitemos. 
> 
> Ignacio Ojea 
> 
>  
> 
 


Roberto Etchenique
Profesor Titular DP
DQIAyQF - FCEN - UBA



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