[Todos] Las convicciones de Sumatoria (o "cómo ser menemista sin que se note" )

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Sab Dic 11 18:37:31 ART 2010


Petroni:

Dice en su mail que "Nadie considera que no acreditar una carrera sea
desestabilizador". Sobre este punto me atengo al mail de Sumatoria
titulado "Acreditaciones y algo más". Si usted pretende enmendar el
contenido de aquel mail, no me haga cargos a mí. A ustedes les corresponde
expresar correctamente lo que quieren comunicar.

En un sistema de democracia política, cuando el soberano vota, los votos
se computan un hombre, un voto. De lo contrario, no se trata de una
democracia. ¿Quiere usted decir que el gobierno de la Universidad no es (o
no debe ser) democrático? Entonces dígalo sin vueltas, y hágase cargo.
Existen otras formas de legitimar tanto la autoridad como las decisiones
que esta toma. Los monarcas teocráticos, por ejemplo, gobernaban por
derecho divino, hasta que no fue posible sostener esta forma de
"interpretar" la voluntad divina. En 1789 la nobleza "global" de la época
tuvo una respuesta que aún vibra; tanto, que hasta nuestros días toda
pretensión autocrática o autoritaria siente la necesidad de enmascararse,
y esa máscara es SIEMPRE una "interpretación" de lo que debe entenderse
por democracia.
Otro ejemplo, que aún subsiste, es el de las sociedades de capital, en las
que una acción (pongamos por caso, un peso) equivale a un voto. Un hombre
es tantos votos como acciones tenga. Es una suerte de democracia del
dinero, no de las personas.
No me escandalizo ante ninguna de estas formas de legitimación. Tal vez
entienda mejor si le digo que mi planteo no es "moral", sino de carácter
práctico, por lo tanto las preguntas serían: ¿funciona?, ¿se sostiene?
Los hombres que ejercen de dueños del capital, en el micromundo de sus
sociedades, en tanto se ciñen (o se ciñan) a la elemental lógica del
dinero pueden navegar con soltura por ese mundo y dedicar todas sus
energías a acumular más capital y dejar de lado pavadas como lo de la
"interpretación del voto". "Un peso un voto" es una consigna clara y
efectiva. ¿Discutiría usted esta fórmula tan simple, y por lo mismo tan
sólida?, le sugiero que sobre este punto no intente llevar
"interpretaciones" a una Asamblea de Accionistas.
Toda sociedad política necesita de procesos e instancias de legitimación,
niegue esto y propiciará el estallido, más potente que el que llegaría a
eyectarlo de la hipotética Asamblea de Accionistas del párrafo anterior. 
Los "consejos" de Maquiavelo no son más que un compendio razonado de
fórmulas que reflejan, en el fondo, un saber elemental que todos los
gobernantes autocráticos supieron siempre por instinto: no se puede
gobernar ignorando olímpicamente la opinión de los gobernados. Aún para
eludirla o traicionarla.

El movimiento de 1918 que detonó la Reforma Universitaria en nuestra
Córdoba y aún (!) reverbera en toda la América hispana (y más lejos
también) transformó definitivamente a la comunidad universitaria en una
sociedad política moderna, y ustedes, Sumatoria, se comportan como los
pajes y monaguillos del obispo cuyo morado atuendo hicieron jirones los
insurrectos de entonces. Son un caso especial de necedad.

Afortunadamente el sistema de gobierno de la Universidad, descendiente de
aquella Reforma, y pese a las reminiscencias medievales de Sumatoria, es
bien distinto de una autocracia sectorial. El sistema de elección es
conservador (el adjetivo es calificativo, no peyorativo). Así, los
profesores tienen proporcionalmente más consejeros que los graduados y
éstos que los estudiantes. Cabe remarcar que, dentro de cada claustro se
computa un hombre igual un voto. Una vez elegido, el Consejo Directivo se
constituye como órgano de gobierno de la facultad toda. El CD así formado,
representa y gobierna a TODA la comunidad. En tal carácter, como
representantes y gobernantes de toda la comunidad, los consejeros deben
atender a los intereses, las aspiraciones, bienestar y futuro de esa
comunidad como un todo. Si cuando deben gobernar, CONSULTAN, no pueden
luego aducir "los nenes con los nenes, las nenas con las nenas": esto NO
ES UN JARDIN DE INFANTES; somos estudiantes, graduados y docentes
universitarios, y por sobre todo CIUDADANOS. Opinamos como CIUDADANOS,
sobre algo que compete a toda la sociedad, y a nosotros como algo muy
próximo.

Si los profesores respondieran sólo ante su claustro, si sólo ante él
tuvieran que rendir cuentas, la representación de los demás claustros
carecería de sentido, así como también la consulta. 8 consejeros
profesores, más el decano con voto de desempate alcanzan para llevar
adelante medidas ignorando por completo al conjunto de la comunidad.
Petroni: en el sistema que usted propicia, el cargo que usted detenta
sería meramente decorativo.

Pretender que el Consejo Directivo es un organismo corporativo, como los
gremios medievales, en el que cada consejero se debe sólo a los pares de
su corporación; y, por añadidura, un único sector tiene la potestad de
imponerse arbitrariamente sobre la opinión de la comunidad es a todas
luces contrario a todo principio democrático. Más aún: es contrario a
cualquier idea de gobierno posible y sustentable. Si el gobierno de la
facultad fuese la autocracia que Sumatoria proclama estaríamos en
presencia de un insulto y una burla a los estudiantes y a los graduados
que, además de estar privados de toda incidencia práctica en la toma de
decisiones, serían, por si fuera poco, objeto de un mofa colosal al verse
obligados a nombrar consejeros puramente decorativos.  Interpretar el
gobierno universitario como lo hace Sumatoria equivale a incitar a los
estudiantes y los graduados a levantarse contra un sistema que, no
contento con excluirlos, les toma el pelo. ¿Pretende Sumatoria abrir esa
caja de Pandora? En ese caso, ¿quién estaría desestabilizando?

La cuestión de la vigencia a rajatabla de una Legislación para la
Educación Superior, sistema de acreditación de carreras y financiamiento,
que impulsó e impulsa internacionalmente la derecha, y obedientemente
impuso en estas playas el Menemato, con su partido de gobierno y otras
complicidades, es una papa caliente, y una hipoteca para el futuro. Hay
retrocesos enormes de los cuales puede no retornarse. El posicionamiento
frente a una cuestión así es de una caladura política que excede el manejo
de la cuestión meramente académica (excede, no excluye).
Sumatoria ha dado señales de ser fervorosa militante de las acreditaciones
(si lo es además del actual gobierno nacional, es harina de otro costal).
Pretenden disfrazar su adhesión con torpes elusiones, minimizan la
importancia, el impacto negativo, el condicionamiento al que se somete al
sistema público y pretenden que es el privado el que será sometido a
control. ¿Si es tan inocuo, por qué tanto celo en aplicarlo?, ¿Por qué las
amenazas?, ¿Por qué tanto empeño en desconocer doblemente la voluntad de
esta comunidad? La primera "interpretando" los votos de la consulta, y
ahora pretendiendo revertir lo que el Consejo ya resolvió hace muy poco
tiempo. En sus términos Petroni ¿Porqué hacen tanto "quilombo cuando algo
no le conviene o gusta a su sector"?
Si antes de la votación de junio algunos de los miembros de Sumatoria
escondían su credo acreditacionista, aludiendo nebulosamente a su vocación
de discusión interna, sin explicitar nunca cuál era su postura real de
cara a la comunidad, escondiendo lo que todo el mundo sabía que iban a
votar; a la hora de votar se alinearon como patitos. Verticalidad, que le
dicen. ¿Por qué tanto empeño en esconder una adhesión ideológica que, en
los hechos, se muestra evidente?

El claustro de Profesores, globalmente considerado, obró con sentido de
buen gobierno. Desde luego, son las ponderaciones individuales, o la
posibilidad de ejercerlas, o la voluntad individual de ejercerlas, lo que
le ha permitido a este claustro distinguirse. No hubo allí un
comportamiento corporativo, cuando del claustro de profesores por su
naturaleza uno podía esperar un comportamiento más de cuerpo, más
conservador, más alineado con la autoridad. La conserveta, las posiciones
más de derecha, la interpretación más retrógrada de las representaciones,
estuvieron (y están) a cargo de Sumatoria.

Su mail comienza diciendo: "Respondo a Ojea". Unos renglones más abajo, ya
se dirige a "ustedes". Hasta donde puedo apreciar soy un único individuo,
indivisible y singular. ¿A quién le habla cuando se dirige a “ustedes”?
Sucede que Sumatoria, luego de reducir el gobierno de la facultad a una
autocracia sectorial, se ha dedicado a ningunear la posición masiva de la
comunidad. TODOS le hacemos el juego al PCR, el PO, La Mella, etc, y por
extensión a la derecha, ¿Los profesores también?
Primero desprecian a todas las organizaciones opositoras a las que execran
no sólo por opositoras sino más por “minúsculas”, y a continuación pasan a
actuar y argumentar como si una consulta donde votamos TODOS (¡ante un
requerimiento del Consejo Directivo!) no fuese otra cosa que una
conspiración opositora.
Sumatoria elude cuestionar de frente a los profesores de ADU que votaron
de acuerdo al resultado de la consulta (incluido el decano, que presentó
un proyecto casi idéntico al que se aprobó). Ataca sólo a las agrupaciones
opositoras, cuando en realidad apunta a torcer la decisión de los
profesores. El modo elíptico, indirecto, en que realizan esta maniobra los
pinta de cuerpo entero, en su catadura moral y en sus prácticas políticas.
Sumatoria se apura a someter a votación, fuera del período de clases y en
época en que la mayor parte de la comunidad se encuentra materialmente
limitada en su capacidad de participar y expresarse, un proyecto que anula
lo que el CD votó en junio, de acuerdo a una consulta democrática y con
masiva concurrencia de público. ¿Por qué tanta urgencia? Si el objetivo es
garantizar las becas para los actuales y futuros doctorandos (actuales
estudiantes), lo mismo dá votar ahora que en abril. Las becas para el año
próximo están garantizadas. Las becas de tipo II, para aquellos que ya
tiene beca de tipo I, también están garantizadas. Las becas de tipo I para
el siguiente año aún no tienen siquiera fecha de convocatoria. ¿Por qué,
entonces, tanto apuro? La respuesta es simple: Sumatoria quiere imponer a
como dé lugar su propio punto de vista. La comunidad que se expresó y se
movilizó para sostener su opinión mayoritaria en junio pasado, volverá
hacerlo, si se le da la oportunidad. A los fines acreditacionistas de
Sumatoria, es menester, por lo tanto, aprovechar todas las circunstancias
que restrinjan o imposibiliten la participación para volver a votar en el
CD. Con ese tipo de maniobras gobierna la derecha siempre que quiere
llevar adelante políticas antipopulares.

Releo los considerandos de la resolución del 2 de junio. El dictamen del
Procurador del Tesoro, algo completamente esperable, no altera los
argumentos sobre los que se basó aquella decisión. El requerimiento de la
acreditación para el otorgamiento de becas, reitero, depende pura y
exclusivamente de un decreto de Menem. No se han agotado, ni mucho menos,
las instancias para reclamar su derogación.

Ignacio Ojea



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