[Todos] La ciencia y su contexto: Carrasco y el glifosato.
NEI-Graduados
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Lun Mayo 18 14:08:48 ART 2009
La inocuidad del glifosato respecto al ambiente y en especial a la salud
humana está en el foco de una discusión pública a raíz de la publicidad de
trabajos realizados por el grupo del Dr. Andrés Carrasco sobre el efecto
del herbicida en embriones de anfibios, un modelo ampliamente utilizado en
estudios de desarrollo.
El tema no es menor, Argentina es uno de los mayores usuarios de este
herbicida, las cantidades que se usan por unidad de superficie se
incrementan año a año y el control sobre la forma en que se fumiga es casi
inexistente. Hay ya poblaciones que han sufrido importantes daños, y, por
supuesto, hay enormes y muy poderosos intereses en juego.
Debido a que la denuncia proviene de un estudio científico, se involucra
directamente a la comunidad científica en el debate. Temas como éste
desafían al científico “puro” y a la ciencia “neutral” para mostrar cómo
–lo quieran o no, lo crean o no- los científicos se encuentran
condicionados por los intereses y por el contexto social, político y
económico. Temas como éste ponen en discusión si los científicos actúan
como actores críticos y comprometidos con este contexto o no.
Si bien han surgido cuestionamientos sobre el tiempo y la forma en que
Carrasco dio publicidad a sus resultados, la discusión de fondo es si el
sistema científico y los individuos que lo componen avalan y sostienen un
modelo de producción (y de ciencia) en el cual se prioriza el rédito
económico sobre la salud de la gente y de la naturaleza, o si alguna vez
pueden ponerse del lado de los desamparados.
En nuestra opinión, la autoridad máxima del sistema científico nacional,
el Ministro Barañao, se ha ubicado del lado equivocado. En vez de –en
primer lugar- denunciar que un grupo de investigación estaba siendo
sometido a presiones a raíz de los resultados de su trabajo, e
inmediatamente involucrarse en forma directa en el tema, corroborando las
investigaciones y en ese caso tomando medidas precautorias y hacer valer
lo investigado, descalificó el trabajo del grupo de Carrasco, diciendo a
los medios que el CONICET no avala esos trabajos del grupo. ¡Pero el
CONICET nunca da aval explícito a los cientos de trabajos que sus
investigadores publican! Repudiamos esta actitud del ministro, y en cambio
destacamos la actitud de los firmantes de la declaración “Voces de alerta”
de salir al cruce de cualquier presión que el poder económico quiera
ejercer sobre la investigación científica estatal (para adherir a la
declaración ir a: www.voces-de-alerta.blogspot.com).
No todos los científicos somos especialistas en desarrollo o herbicidas, y
la mayoría tampoco conoce al detalle los experimentos del Dr. Carrasco,
pero sí sabemos que nuestra obligación es brindar a la sociedad
información honesta y confiable y comprometerse con las consecuencias y
aplicaciones de nuestro trabajo. Y si consideramos que las investigaciones
realizadas no son suficientes para llegar a una conclusión, no habría que
descartarlas sino profundizarlas. Después de Hiroshima y Nagasaki, ningún
científico puede rasgarse las vestiduras por haber sido sorprendido en su
inocencia.
Estos días el llamado comité de ética de ciencia y tecnología formado por
científicos e intelectuales le ha pedido al ministerio de ciencia y
técnica un estudio interdisciplinario (en el que llamativamente no fue
convocada la clínica médica), para evaluar sobre todo los efectos del
glifosato sobre la salud humana. Es lo que debería haber hecho el CONICET
mucho tiempo atrás, antes de la “sojización” masiva del campo y es lo que
tiene que hacer urgentemente la comunidad científica. Pero este comité no
puede quedarse sólo en un tibio pedido de compromiso al ministro, sino que
debe comprometerse realmente con la acción que inició. Si el ministerio y
el CONICET hacen oídos sordos, o convocan para el estudio a científicos
involucrados con los intereses en juego, o no toma en cuenta las denuncias
de la población expuesta al glifosato, la comunidad científica tendrá que
organizarse y ponerse a trabajar para tomar ésta tarea en sus manos.
Comprometerse críticamente con la realidad social, política y económica es
la única forma en que se puede realizar ciencia beneficiosa para el
pueblo.
La ciencia comprometida deja atrás la falsa dicotomía entre ciencia básica
o aplicada.
NEI-Graduados
www.nei-exactas.com.ar
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