[Todos] "efervescencia politica" o lesa humanidad - para Sinergia
azua en df.uba.ar
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Mar Mar 24 10:37:04 ART 2009
El pasado 29 de enero las cámaras de la BBC exhibieron el cadáver de un
hombre de extrema delgadez, salvajemente torturado. Con objetividad y
equilibrio, la serie Explore narró en su programa Argentina’s Dirty War el
calvario del coronel Argentino del Valle Larrabure. Desconfiando de las
versiones románticas y maniqueas de la “memoria”, convocó a sus
televidentes a conocer la historia completa de la dolorosa década del 70,
preguntándose por qué en pleno gobierno constitucional peronista el ERP lo
secuestró y asesinó.
¿Cuál era la dictadura que combatían los “jóvenes idealistas inocentes”?
¿Cuál el plan criminal?, fueron los interrogantes que con Arturo Larrabure
planteamos a la audiencia mientras las imágenes mostraban las espantosas
condiciones en que tuvieron secuestrado a su padre durante 372 días.
La tenaz lucha que iniciáramos peticionando que los crímenes de la
guerrilla se declararan de lesa humanidad daba un nuevo fruto. Un
importante medio periodístico internacional, conociendo el valiente
dictamen del fiscal general Palacín encuadrándolo en tal categoría, y la
estrategia del procurador general de la Nación, Esteban Righi, para
anularlo e impedir que otros fiscales se expidieran en forma similar
(Resolución 158/07) nos brindaban la oportunidad de demostrar las falsas
premisas de dos sofismas difundidos para consagrar la impunidad de la
guerrilla.
El primero alega que sus aberrantes crímenes son delitos comunes
prescriptos, por no haber sido instigados, facilitados, ni financiados por
Estado alguno.
Probamos la existencia de terrorismo de Estado argentino y cubano poniendo
al descubierto el plan criminal diseñado por John William Cooke para
generar una sucesión de hechos revolucionarios que forzaran a Perón a
consentir la instalación de un régimen marxista.
Explicamos a la periodista Tanya Datta que los eslabones fueron
colocándose desde la campaña electoral de Cámpora. Mientras Abal Medina
anticipaba que se liberaría a los terroristas, Righi diseñaba las bases de
la futura amnistía y Galimberti convocaba a la formación de milicias
populares. Como ministro del Interior, Righi negoció los proyectos de
amnistía e indulto, aplaudidos por legisladores irresponsables que
elogiaron y liberaron a los terroristas sin desarmarlos. Existió una
llamativa tolerancia frente a las masivas ocupaciones de barrios,
universidades, hospitales, radioemisoras y ministerios, con las que la
guerrilla intentó ganar posiciones, facilitando la inoperancia y/o
complicidad del Estado hechos gravísimos como la matanza de Ezeiza, el
asesinato de Rucci y el ataque al Regimiento de Azul, que costó la
renuncia del gobernador bonaerense Bidegain cuando Perón denunció que
“hechos de esta naturaleza evidencian elocuentemente el grado de
peligrosidad y audacia de los grupos terroristas que vienen operando en la
provincia de Buenos Aires ante la evidente desaprensión de sus
autoridades…”.
El terrorismo de Estado cubano facilitó ese plan criminal y está probado
por las declaraciones de prominentes miembros del ERP y Montoneros,
revelando que sus cuadros fueron instruidos militarmente en Cuba, y los
concordantes discursos de Guevara y Castro, propiciando y financiando la
expansión de la guerrilla en toda Latinoamérica.
Para rebatir el segundo sofisma que sostiene que sólo el Estado puede
cometer crímenes de lesa humanidad, nos remitimos al fallo Tadic, donde el
Tribunal Internacional para la ex Yugoeslavia concluyó que también pueden
cometerlos organizaciones guerrillas sin que sea necesario que los actos
sean dirigidos o instigados por un grupo en permanente control de un
territorio.
Conmovidos, comprobamos que el caso Larrabure está perforando las barreras
ideadas por los guerrilleros para permanecer impunes. Jueces y periodistas
internacionales saben bien que compromete la responsabilidad internacional
del Estado argentino que quien puede eventualmente ser investigado por su
actuación como ministro del Interior de Cámpora lo prohíba.
*Abogado de la familia Larrabure.
Atentamente,
Martin Ruiz de Azua, dpto. de Fisica
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