<a href="http://2.bp.blogspot.com/_PbY-erWhk4g/TSrii8auvvI/AAAAAAAAArs/GNc4SvLn2MA/s1600/Cuvier+2.JPG" target="_blank">Saartjie</a>
fue una mujer sudafricana, de la tribu de los hotentotes, que por la
opresión que generó especialmente en las mujeres sudafricanas la
colonización inglesa de hace 2 siglos (y que hoy continúa), fue paseada
por Cuvier por salas de observación donde numerosos "científicos" de
renombre de esa época miraron atentamente las partes de su cuerpo,
especialmente sus asentaderas, sin tomar nota alguna, claro, de los
terribles padecimientos y humillaciones a que era sometida esta mujer
"negra y atrasada" de Sudáfrica por los hombres "blancos y civilizados"
de Europa.<br>
<br>
Stephen Jay Gould cuenta esta historia con detalles imperdibles y
muestra la red oculta detrás del "método científico" y las
"investigaciones científicas" (pareciera, incuestionables), que sólo un
científico de su nivel, talento, y admiración por la vida, puede
percibir. Escribe SJG en el Capítulo 19 de La Sonrisa del Flamenco:<br>
<br>
<span style="font-family:verdana,sans-serif">"Cuvier comenzaba su monografía señalando: “No hay en la historia natural nada más famoso que el </span><i style="font-family:verdana,sans-serif">tablier</i><span style="font-family:verdana,sans-serif">
(la versión francesa del sinus pudoris) de las hotentotes y, al mismo
tiempo, ningún otro rasgo ha sido objeto de tantas discusiones”. Cuvier
puso fin al debate con su habitual elegancia: los labia minora, o labios
interiores de los genitales femeninos normales, se desarrollan mucho en
las mujeres khoi-san, y pueden colgar hasta 8 a 12 cm por debajo de la
vagina cuando las mujeres se ponen de pie, dando así la impresión de que
constituyen una cortina de piel independiente y envolvente. Cuvier
conservó su hábil disección de los genitales de Saartjie y escribió con
florido lenguaje: “Tengo el honor de presentar a la Academia los órganos
genitales de esta mujer, preparados de un modo que no deja lugar a
dudas acerca de la naturaleza de su <i>tablier</i>”. Y el regalo de Cuvier
descansa aún en su recipiente, olvidado en un anaquel del Museé de
l´Homme… inmediatamente encima del cerebro de Broca.</span><br style="font-family:verdana,sans-serif">
<br style="font-family:verdana,sans-serif">
<span style="font-family:verdana,sans-serif">No obstante, si bien
Cuvier identificó correctamente la naturaleza del <i>tablier</i> de Saartjie,
cometió un interesante error, surgido de la misma asociación falsa que
había inspirado la fascinación del público: sexualidad y animalidad.
Dado que Cuvier consideraba que los hotentotes eran el más bestial de
los pueblos, y dado que tenían un gran <i>tablier</i>, supuso que el <i>tablier</i> de
otros africanos debía volverse progresivamente más pequeño al ir
cediendo el paso la oscuridad del África austral a la luz de Egipto. (En
la última parte de su monografía, Cuvier argumenta que los antigüos
egipcios debieron ser caucásicos: ¿quién si no podía haber construído
las pirámides?).</span><br style="font-family:verdana,sans-serif">
<br style="font-family:verdana,sans-serif">
<span style="font-family:verdana,sans-serif">Cuvier sabía que la
circuncisión femenina era una práctica muy extendida en Etiopía. Dio por
sentado que el <i>tablier</i> debía ser al menos la mitad de grande en este
pueblo de un tono y una geografía intermedios; y también conjeturó que
los etíopes eliminaban el <i>tablier</i> para mejorar el acceso sexual, no que
la circuncisión representara una costumbre sostenida desde el poder e
impuesta a las mujeres.</span><br style="font-family:verdana,sans-serif">
<br style="font-family:verdana,sans-serif">
<span style="font-family:verdana,sans-serif">El motivo de la
popularidad de Saartjie descansaba sobre una falsa premisa: fascinó a
los europeos porque tenía grandes nalgas y genitales, y porque
supuestamente pertenecía al más atrasado de los grupos humanos. Todo
encajaba perfectamente para los coetáneos de Cuvier. Los seres humanos
avanzados (léase europeos modernos) son refinados, modestos y
sexualmente discretos (por no decir hipócritas por hacer tamaña
afirmación). Los animales son abierta y activamente sexuales,
traicionando así su carácter primitivo. Por lo tanto, los exagerados
órganos sexuales de Saartjie eran reflejo de su animalidad. Pero el
razonamiento está expuesto, como dirían nuestros amigos ingleses (y
literalmente en este caso), “con el culo donde debería estar la cara”.
Los seres humanos son los primates más sexualmente activos, y tienen los
órganos sexuales más grandes de todo nuestro orden. Caso de que
debiéramos seguir esta dudosa línea de razonamiento, una persona con una
dotación más voluminosa de lo normal es, en todo caso, más humana, En
todos los sentidos (modo de vida, apariencia física y anatomía sexual),
Londres y París debieron estar en una jaula gigantesca mientras Saartjie
les observaba.”</span><br>
<br>
SJG muestra cómo la Ciencia no es neutral. Cómo es que las
investigaciones, en mayor o menor medida, siempre están dirigidas por lo
que se quiere encontrar (Borges tiene una figura parecida a esta
descripción en su cuento Tlön, Uqcbar, Orbis Tertius, cuando habla de
los hrönir, esos "objetos" cuya existencia se conoce de antemano y se
manda a "encontrar" en los fondos de los ríos y los pozos ciegos. Hasta
los hipotéticos habitantes de ese mundo de idealistas llegaron a la
conclusión que parece, acá, se evita constantemente: el problema de <font style color="#800000">"la improcedencia de testigos que
conocieran la naturaleza experimental de la busca</font>").
El problema (además de este de que la "investigación" de Sigman está
buscando algo que en la sociedad ya está dado de antemano por la carga
cultural con la que nos invaden cotidianamente revistas, programas de tv
y radio, internet, etc) de la investigación de Sigman es que, como pasa
varias veces (y, lamentablemente, cada vez más), a sabiendas de que está
intercambiando consecuencias por causas, realiza una "investigación"
cuyo
objeto de estudio son las respuestas de un grupo de machos de nuestra
especie sobre la atracción sexual que despierta en estos especímenes
ciertas partes de los cuerpos de las hembras de nuestra especie.
Esta "investigación" tiene el problema de que su muestra es no
representativa (como el mismo Sigman explica), o sea que no tiene
sentido racional alguno. Me gustaría saber si los muchachos (perdón,
pero a esta altura, llamarlos "científicos" sería un insulto a varios
miembros de nuestro género que sí merecen ese nombre)
pensaron si su muestra de 200 especímenes machos de Argentina (todo
Argentina? o sólo Buenos Aires? Es importante) puede conseguir alguna
conclusión relevante, seria sobre la conducta del macho en el género
humano. Consideraron a esta muestra como parte de una población de
países americanos? de países desindustrializados? de países bajo la
órbita del imperialismo yanqui o europeo? de poblaciones influenciadas
por la cultura de los pueblos originarios, por la cultura islamista, por
la cultura europea? Podría hacer más preguntas sobre "la muestra" de
estos muchachos, pero como ya se habrá adivinado, su "investigación" me
parece además de poco seria, bizarra, y aún más: completamente
irrelevante.<br>
<br>
Pero voy a volver al punto central de esta discusión, que no es otro que
el asunto de la "neutralidad" en la
investigación científica. Los científicos no existen por fuera del
mundo. Muy al contrario, están insertos en él de una manera clave y,
como se viene viendo desde el comienzo de esta nueva crisis capitalista,
bastante importante en el problema del estancamiento del desarrollo de
las fuerzas productivas (si no se está al tanto de esto, se puede
visitar los sitios web de la prensa internacional y leer un poco qué
dicen los funcionarios de la Ciencia en Europa. Casualmente hace 4 días
salía una nota en Proyect Sindicate -una página en la que escriben los
principales ideólogos de la burguesía de los países imperialistas- sobre
esta cuestión del rol de la Ciencia en la crisis del euro). Mariano
Sigman y su equipo, y todos los científicos del mundo, están
influenciados por la ideología que se imparte desde los centros de poder
del sistema en el que vivimos y, aunque ellos crean que no, aceptan y
reproducen esa ideología. Salvo, claro, que se declaren en oposición
abierta a ésta, como hizo SJG, por ejemplo, quien se identífico a sí
mismo varias veces como un científico marxista, reivindicador del método
dialéctico y admirador de la obra El Capital de Marx, con toda la carga
conceptual y política que eso implica. Sigo. Esa ideología, la de la
clase dominante (hoy, la burguesía) es la que le dice a Mariano
Sigman que sería interesante ponerse a ver a qué parte del cuerpo de las
hembras dirigen su mirada sus compañeros biológicos de género, machos. A
Mariano
Sigman no se le ocurre hacer la investigación al revés: fijarse qué
parte del cuerpo de los machos miran las hembras de nuestro género.
Resulta
esperable en una sociedad como esta, donde las mujeres son cosificadas
(los hombres también, pero de manera más camuflada y con algunos grados
de libertad más que en el caso de las mujeres), que la investigación
"científica" esté orientada a analizar lo que se supone que existe: que
"los machos miran a las hembras" (cuando lo inverso también ocurre y
casi
en la misma medida, por esta cuestión de la cosificación). Mariano
Sigman debería haber partido de preguntarse por qué se le ocurre
"investigar" esto desde la óptica que lo hizo y no al revés, por
ejemplo.
Pero a Mariano Sigman, evidentemente, no le interesa comprender la
relación entre el sujeto que estudia y el objeto de estudio. No le
parece relevante. En su lugar, prefiere mirar cómo los machos miran
partes de cuerpos de las hembras, sumándose a
la moda patética y degradante de la condición humana que hoy nos impone
una
clase social decadente y bizarra como es la burguesía.<br>
<br>
La Lista Unidad hace una crítica correcta a este problema. Numerosos,
excesivos, son los años que venimos soportando las mujeres que los
hombres nos ubiquen dentro de jaulas (que con el avance de la técnica,
ahora tienen la forma de televisores, revistas, etc) para mirar nuestras
partes y decidir si tenemos asociado un cardinal del 1 al 10...
Suficiente carga tenemos que soportar las hembras del género humano
cuando salimos todos los días a la calle y siempre, algún imbécil nos
grita alguna pavada desde la esquina o incluso se nos acercan y nos
dicen asquerosidades en el oído. La "investigación" de Sigman no soluciona este
problema, terrible, de opresión y humillación cotidana que sufrimos las
mujeres, que además, tiene su expresión más baja y cruel en el tráfico
de nenas menores de 15 años que son paseadas ante los ojos de policías,
milicos, curas, políticos, empresarios y demases expresiones
descompuestas que genera el orden burgués, para que "examinen" sus
partes y después las utilicen para su gozo personal.<br>
<br>Mariano Sigman debe conocer el problema terrible de las redes de
trata, salvo que viva dentro de un repollo. También debe conocer la
violencia que se ejerce sobre las mujeres cotidianamente, resulta muy poco
probable que no haya experimentado en algún momento la molestia de ir
caminando con alguna amiga/novia/hermana o lo que fuere y escuchar algún
grito desubicado desde la vereda de enfrente en relación a esas partes
del cuerpo que él ahora toma como parte de una "investigación"
científica. Pero pareciera no importarle ninguna de las dos cosas,
cuestión que habla bastante mal de su ubicación moral.<br>
<br>En relación a la declaración que envía la Lista unidad, al menos yo (y varios más), tenemos acuerdo en que la Ciencia no es
neutral, que en un momento de crisis del Capital, la Ciencia incluso es
profundamente ideológica. El detalle
es que una vez identificado esto (que la Ciencia no es neutral) uno
debería discutir cómo solucionar el problema de que, como no es neutral,
termina estando al servicio de la clase dominante. Desarrollar robots
(o cualquier otra tecnología) al servicio de la Policía Federal, como
hicieron hace un tiempo algunos de los científicos que integran la Lista Unidad, me parece igual
de incorrecto que desarrollar una "investigación" al servicio de
sostener la cosificación que sufrimos las mujeres hoy y desde hace siglos.<br>
<br>
Yo lo que veo es que viene siendo hora de que todas estas cosas se
discutan abiertamente en la FCEyN y que las posiciones de cada sector
queden claras. <br>
<br>
Aunque, claro, podemos seguir paseando venus hotentotes en jaulas,
admirando cerebros de Broca y colaborando con las fuerzas represivas del
Estado burgués.<br>
<br><br><br>El libro de SJG puede ser leído en partes en booksgoogle <a href="http://books.google.com.ar/books?id=AFKl5GFkb8MC&pg=PA251&lpg=PA251&dq=hotentotes+stephen+jay+gould&source=bl&ots=3tO6wtb6wB&sig=OIjQN2oC_OUcn8cVDTrjGVMBFac&hl=es&sa=X&ei=zdLQT8_WFoqg8gSH3vG_AQ&ved=0CEMQ6AEwAQ#v=onepage&q&f=false" target="_blank">acá</a>. <br>
<br>
<br>
Saludos,<br>
Val<br><br><div class="gmail_quote">El 7 de junio de 2012 14:25, <span dir="ltr"><<a href="mailto:rmenendez@qi.fcen.uba.ar" target="_blank">rmenendez@qi.fcen.uba.ar</a>></span> escribió:<br><blockquote class="gmail_quote" style="margin:0pt 0pt 0pt 0.8ex;border-left:1px solid rgb(204,204,204);padding-left:1ex">
Hola,<br>
Como mujer tengo que decir que efectivamente leer la nota de la revista<br>
Veintitrés me generó bastante indignación. De forma reduccionista aporta a<br>
seguir viendo a las mujeres como objetos al servicio de las miradas de los<br>
hombres... Pero además, como docente de la facultad también me preocupa<br>
que esta sea la imagen que vea la sociedad de lo que hacemos diariamente<br>
en la Universidad Pública.<br>
<br>
Me gustó mucho esta nota que salió en Página12.<br>
<br>
------------------------------------<br>
<br>
Viernes, 1 de junio de 2012<br>
<br>
EL PEZ POR LA BOCA<br>
La duda<br>
<br>
<a href="http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-7297-2012-06-01.html" target="_blank">http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-7297-2012-06-01.html</a><br>
<br>
Por Dolores Curia<br>
<br>
“De cómo arañar ocho mil caracteres y unos cuantos culos para hacer una<br>
tapa.” Así podría titularse la sensación que genera el último número de la<br>
revista Veintitrés. ¡Qué lejos quedaron los tiempos de aquella histórica<br>
tapa con agujero (para ilustrar los agujeros negros del presupuesto<br>
menemista)! La intención, esta vez, huele más bien a la urgencia de tapar<br>
un agujero.<br>
<br>
Ahí está la evidencia: en el quiosco o en la red de redes. Dos planos<br>
americanos. Un frente con globos terráqueos en pico y la argentinidad<br>
bodypainteada. Y su reverso: una retaguardia con remera criolla y una<br>
colaless que enmarca unos glúteos pulidos. Ni un solo pozo. ¿Será<br>
photoshop? ¿Será que la euforia patriotera es capaz de rellenar las nalgas<br>
hasta dejarlas a punto bombucha? La nota de Veintitrés –llora la revista<br>
Barcelona, que apenas si podrá ahora superar este chiste– promete aquietar<br>
una intriga inmemorial: “Tetas o culo: el fin del debate nacional”.<br>
¿Necesita más el lector o la lectora? Tal vez algo para entrarle al texto<br>
sin culpas, para quitarle el pecado de lo superfluo, lo sexista y el<br>
aburrimiento crónico. Pues bien, ¿para qué está la Academia si no es para<br>
echar luz sobre las discusiones que desvelan a la sociedad toda? Y la UBA<br>
sale al frente como único héroe (y cita de autoridad) en este lío:<br>
Locademia de Ciencias Duras al rescate. Si fuese otro dossier más de<br>
pechos y trastes suculentos, habría pasado inadvertido. Lo cómico (e<br>
irritante) del caso es que se quiere cubrir al “debate nacional” sobre<br>
estas zonas erógenas (excluyentemente femeninas) con cientificismo.<br>
<br>
La investigación se basó en el estudio de la mirada de doscientos hombres<br>
que eligieron entre cuerpos no identificados. Sin eufemismos, ni metáforas<br>
enredadas. Quien busque capas de sentido a deconstruir bajo la lupa de los<br>
estudios de género, la tendrá demasiado al ras: todos esos culos anónimos<br>
se definen en función de la mirada de “184 heterosexuales confesos”.<br>
<br>
El trío de científicos a cargo del experimento dice haber trabajado con<br>
imágenes de mujeres “lindas, o muy lindas, entre ocho y diez puntos”. Dan<br>
ganas de preguntar cuál fue el medidor. ¿Hablar de “calientómetro” suena a<br>
chiste fácil? Lo impreso sobre las páginas de Veintitrés supera cualquier<br>
chicana neologística. Unas líneas más abajo se expone, con tono de master<br>
class, que el semental argento se divide en dos razas: “culero” o<br>
“tetero”. Uno de los científicos explica la necesidad metodológica del<br>
ranking de chicas (8, 9, 10): “Estudiamos la preferencia entre buenas<br>
opciones, que no es lo mismo que descartar entre malas opciones”. Las<br>
chicas posan de espaldas, anticipando –para aquel que no quiera leer toda<br>
la nota– que hay un ganador que empieza con “C”. No tienen cara, sólo sus<br>
nalgas tostadas y firmes. Posan contra una baranda a la espera del sello<br>
que, quemándoles el cachete, las califique como aprobadas o<br>
sobresalientes.<br>
<br>
¿Y por qué el debate es nacional? ¿Será porque en el imaginario algo del<br>
argentinismo remite a aquella iconografía del macho criollo que con una<br>
mano se desabrocha el primer botón del pantalón, con la otra sostiene el<br>
porrón y con la manga se seca la espuma de la trompa? Lo cierto es que en<br>
la nota aparece un dato, en boca de un cirujano plástico, que podría<br>
explicar por qué para Veintitrés este tema tiene los colores de la<br>
bandera: “En cirugías estéticas, la Argentina lidera el número de<br>
intervenciones en toda América”. Otra cifra: aunque ellos prefieren la<br>
retaguardia, en el quirófano, teta sigue matando culo.<br>
<br>
Uno de los cerebros de estos hallazgos dice no escaparle a la discusión de<br>
si su investigación es machista o misógina. Y nada más. En referencia a<br>
que –según esta investigación– la parte de atrás se lleva la corona,<br>
declara: “Una conclusión podría ser que (al operarse más las lolas) las<br>
minas están gastando mal la guita. Tienen una razón fuerte: si un hombre<br>
les ve las tetas, ellas ven cómo se las mira”. No, no es una frase de<br>
Polémica en el bar pescada al ritmo del zapping: es Mariano Sigman, el<br>
director del laboratorio de Neurociencia Integrativa de la Facultad de<br>
Exactas, dejando un mensaje para la posteridad. Decir que acá para las<br>
féminas no hay voz ni voto es una redundancia al cuadrado. La mujer aquí<br>
es un poste; es que a ellos les gusta así, como ausente.<br>
<br>
---<br>
---<br>
Lic. Renata J. Menéndez Helman<br>
INQUIMAE y Depto de Química Inorgánica, Analítica y Química Física<br>
Ciudad Universitaria Pabellón II 3er Piso<br>
Ciudad Autónoma de Buenos Aires<br>
C1428EHA, Buenos Aires, Argentina.<br>
<div class="im">-------------------------------------<br>
Ud. puede desuscribirse libremente entrando a <a href="http://mail.df.uba.ar/mailman/listinfo/todos" target="_blank">http://mail.df.uba.ar/mailman/listinfo/todos</a><br>
<br>
</div>Por favor, no envíe mensajes pidiendo ser desuscripto.<br>
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</blockquote></div><br><br clear="all"><br>-- <br>Val<br>