<div class="PostContent"><div style="text-align: center;">
</div><div class="article"><div style="text-align: center;">
</div><h1 style="text-align: center;"><span class="volanta">POSICIÓN FRENTE AL PANORAMA POLÍTICO Y LA SITUACIÓN DE LA IZQUIERDA</span><br><span class="titulo">Ante las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires</span></h1>
<p style="margin-top: 10px; margin-bottom: 1px; text-indent: 25px;" align="justify">Diez
años atrás, el discurso hegemónico ya no generaba una fe ciega en la
democracia representativa. Ya no se le respondía con votos, sino con la
población movilizada, con asambleas populares y con expectativas de
unidad entre desempleados y sectores medios. El voto bronca era
expresión válida de la crisis de representación. Actualmente, con la
recomposición de la fe en la democracia, la consolidación de la idea del
estado como garante del bien común y la recomposición del sistema
electoral, adquiere centralidad la política en el terreno institucional.
Se trata de un nuevo escenario que impone replantearse la
responsabilidad que tenemos las distintas fuerzas de izquierda a la hora
de intervenir u orientar los debates en este terreno. Siendo
conscientes de que la táctica de intervención en las elecciones
necesariamente debe estar subordinada a una estrategia superior de largo
alcance. De que es necesario construir una práctica de unidad en la
acción, contra la idea de que la “unidad de la izquierda” comienza por
una alianza electoral. Sin olvidar tampoco que el socialismo no es un
objetivo al que se llega por vía de las elecciones.</p>
<h6 style="margin-top: 10px; margin-bottom: 1px; text-indent: 0px;"><strong>Sobre las ganas de ir a votar y las posibilidades de mejorar un poquito</strong></h6>
<p style="margin-top: 10px; margin-bottom: 1px; text-indent: 25px;" align="justify">El actual proceso electoral de la Ciudad de Buenos Aires se enmarca en este <strong>escenario de</strong> <strong>resurgimiento de la confianza en las elecciones como modo de expresar las aspiraciones políticas</strong>.
A nivel nacional, predomina un asombroso grado de expectativa con la
imposición del candidato sentido como “propio”. Se ha vuelto a tener
confianza en quienes tarde o temprano habrán de defraudar tales
expectativas. Mientras tanto el voto positivo alcanza niveles récord.</p>
<p style="margin-top: 0px; margin-bottom: 1px; text-indent: 25px;" align="justify">Para
todo votante que conozca el carácter retrógrado del gobierno de Macri,
se impone un planteo extorsivo. Conociendo o no el carácter de sus
adversarios más cercanos (en el doble sentido), el objetivo de sacar a
Macri parece imperativo. No como construcción de una alternativa real,
sino justamente como un nuevo llamado al posibilismo y al voto útil. <strong>Un llamado a lo útil de hoy que es un llamado a la indiferencia con lo que nos depare el futuro.</strong></p>
<p style="margin-top: 0px; margin-bottom: 1px; text-indent: 25px;" align="justify">Es
cierto que no todos los candidatos (en tanto individuos) son lo mismo,
pero es un ejercicio falso ponerse a discriminar en términos abstractos.
Lo que importa es qué lugar ocupa concretamente cada uno, en una
dinámica en la que nunca juegan solos. Ese<strong> ejercicio lleva a la hipocresía del “progresismo” que se acuerda del fascismo de Macri una vez cada cuatro años</strong>,
cuando fueron ellos quienes antes del gobierno del PRO le allanaron el
camino y cuando durante tal gobierno colaboraron plenamente con él. Ese
tipo de ejercicios son los que contribuyen a olvidar las mismas
políticas de <em>mano dura</em> que llevan a cabo todos los gobernadores
“progresistas” como Scioli, Insfrán o Peralta. A olvidar las mismas
políticas de expulsión y las mismas políticas de “seguridad” con las que
<strong>el kirchnerismo inunda el sur de Capital con Gendarmería y Prefectura</strong>,
abogando por la convivencia de cuatro fuerzas represivas en el mismo
lugar. A olvidar las políticas que los gobiernos nacional y de la ciudad
aplican manteniendo en Capital medio millón de personas en emergencia
habitacional. A olvidar todas las políticas, que dentro y fuera de la
ciudad, desfinancian la salud y la educación públicas.</p>
<p style="margin-top: 0px; margin-bottom: 1px; text-indent: 25px;" align="justify">Día
a día nos ofrecen la posibilidad de “progresar”. De sacar al
momentáneamente “peor” para que transitoriamente designemos al “menos
malo”. <strong>Algunos pensarán en que hay que sacar a Macri con Filmus o
con Solanas en la esperanza de que si no nos satisface, en el futuro
habrá otro “menos malo” que pueda ser votado con mayor convencimiento</strong>.
Esta ilusión de algo que no pasó nunca en la historia olvida también
que a Macri se le abrió el camino desde esos “menos malos” que, como
Ibarra y Telerman, no supieron siquiera realizar una “gestión” decente.</p>
<p style="margin-top: 0px; margin-bottom: 1px; text-indent: 25px;" align="justify">Es
necesario frenar a Macri, pero no se puede aceptar la visión de los
hipócritas que fuera del contexto electoral olvidan la urgencia con que
hay que frenar a sus políticas. A Macri lo hemos enfrentado en la calle
desde el comienzo de su gobierno. Hemos sido parte de la única
coordinadora de lucha que ha desarrollado una política de oposición
continua a las políticas del PRO. Cuando la Coordinadora La Dignidad no
se Privatiza lograba la disolución de la UCEP o la destitución del Fino
Palacios, <strong>la supuesta alternativa “progresista” no se dignaba a salir a la calle</strong>.
Mientras tanto colaboraron con las políticas de Macri, votando en la
legislatura (Frente Para la Victoria y Partido Socialista) la Policía
Metropolitana o sumando a la Federal para que se reprima con dos grupos
policiales en el “Parque” Indoamericano.</p>
<p style="margin-top: 0px; margin-bottom: 1px; text-indent: 25px;" align="justify">Las
políticas de Macri que supuestamente urge erradicar, son las políticas
de las cuales el “progresismo” es cómplice todos los días. Y son las
políticas que ha inaugurado el propio “progresismo”, las que habilitaron
al PRO como opción a partir de la bancarrota que habían expresado los
“progres” anteriores. Son sus fracasos (y no los nuestros) los que
promovieron a Macri.</p>
<p style="margin-top: 0px; margin-bottom: 1px; text-indent: 25px;" align="justify">La
“opción progresista” de Filmus es la de un ex funcionario menemista que
pretende haber surgido de un repollo. Sólo en este contexto de memorias
cortas e ingenuidad del “mal menor” podría ser factible considerar
“progresista” a uno de los máximos responsables de la destrucción
educativa de los noventa, acompañado a su vez por un Ministro de Trabajo
implicado en los ataques de la burocracia sindical contra toda lucha
obrera, incluso en aquel brutal ataque que asesinó a Mariano Ferreyra.</p>
<p style="margin-top: 0px; margin-bottom: 1px; text-indent: 25px;" align="justify">Si
Filmus aparece como desorientador por vía del olvido selectivo y de la
subordinación a la falsa polarización que se plantea en el plano
nacional, Solanas es la personificación del desorientado. Incapaz no
sólo de construir una fuerza real, sino de tener un programa mínimamente
coherente, Proyecto Sur fue uno de esos llamados a construir “algo
nuevo” que están destinados a fracasar. Herencia de múltiples
experiencias previas fallidas, tuvo su momento de auge en el 2009 en que
aparecía como polo de atracción para cuanto oportunista se dejara
deslumbrar por la oscilación del caudal electoral. Así se han planteado
diversos programas de “unidad del campo popular” (como el del PCR) que
terminan luego fugando, en el mejor de los casos, hacia la indiferencia
o, en el peor, hacia la perspectiva de una nueva Alianza encabezada por
Binner. Línea desorientada que ayudó incluso a la estrategia del
kirchnerismo, dejándose “correr por izquierda”. Sin orientación política
y sin contacto con construcciones de base, <strong>terminan siendo un puñado de legisladores totalmente irrelevantes</strong>, como lo mostró el bloque de Proyecto Sur en los últimos años de gobierno macrista.</p>
<h6 style="margin-top: 10px; margin-bottom: 1px; text-indent: 0px;"><strong>Las responsabilidades del momento</strong></h6>
<p style="margin-top: 10px; margin-bottom: 1px; text-indent: 25px;" align="justify">Este
momento particular en que la “normalidad” de la dominación burguesa
alcanza su más alto grado de legitimidad es el que plantea
responsabilidades especiales para todas y cada una de las fuerzas de
izquierda. Lo que implican las elecciones (no sólo su resultado, sino
sus debates, su lógica, sus escrúpulos y sus miedos) es algo que hay que
entender no según afecte a la propia organización, sino por lo que
afecta a toda la izquierda. Se trata además de un <strong>escenario marcado por una campaña macartista</strong>
orquestada desde el estado. Así, el gobierno y los grupos mediáticos
que les responden demonizan la lucha social y repiten hasta el hartazgo
ideas como la de “funcionalidad a la derecha”.</p>
<p style="margin-top: 0px; margin-bottom: 1px; text-indent: 25px;" align="justify">Nosotros <strong>nos reconocemos parte de la izquierda</strong>.
Contra toda la construcción mediática (oficialista y de la “oposición”)
según la cual la izquierda es algo inexistente, nosotros sabemos de las
múltiples experiencias de organización (territorial, cultural,
sindical, estudiantil) que se dan a lo largo y ancho del país y somos
conscientes de que es más necesario que nunca defender esa identidad.</p>
<p style="margin-top: 0px; margin-bottom: 1px; text-indent: 25px;" align="justify">Pero
ser conscientes de la existencia de la izquierda requiere también ser
consciente de nuestras limitaciones, de las dificultades con que
tropezamos año a año en crear unidad en la acción, de los obstáculos
concretos en posibilitar el desarrollo de la izquierda que plantea la
defensa centrada en la autoconstrucción.</p>
<p style="margin-top: 0px; margin-bottom: 1px; text-indent: 25px;" align="justify">La
ausencia de construcción a largo plazo de una perspectiva estratégica
habilita que aparezcan en debate falsas opciones a las que se nos llama a
votar (para colmo, con entusiasmo). Esa ausencia tiene consecuencias
(no las fundamentales) en el plano electoral, aunque lo que nos interesa
son sus efectos a la hora de la acción política cotidiana y sus efectos
a la hora de pensar el futuro.</p>
<p style="margin-top: 0px; margin-bottom: 1px; text-indent: 25px;" align="justify">Es
en este contexto que es peligrosa cierta publicidad oportunista que
plantea la existencia de diversas izquierdas cuyos destinos son
paralelos y excluyentes. Así, es peligrosa la perspectiva de la
existencia de una “nueva izquierda” o una “izquierda independiente” que
es ajena a una historia que es común. Se busca definirse como algo nuevo
e impoluto, incapaz a su vez de poner en la balanza sus propias
prácticas. Para nosotros, “izquierda independiente” no significó nunca
entenderse por fuera de la izquierda ni como totalmente escindible de
los desafíos, limitaciones y ataques que nos afectan a todos.</p>
<p style="margin-top: 0px; margin-bottom: 1px; text-indent: 25px;" align="justify">Lamentamos
profundamente que haya expresiones de izquierda que ponen todas las
“opciones electorales” al mismo nivel (declaración Frente Popular Darío
Santillán-La Mella). <strong>Se facilita así habilitar que es posible considerar desde organizaciones de izquierda opciones de cualquier índole</strong>.
Considerando a candidatos “progresistas” como Solanas e incluso a
candidatos del orden como Filmus, y posicionándolos al mismo nivel que
el FIT.</p>
<p style="margin-top: 0px; margin-bottom: 1px; text-indent: 25px;" align="justify">El
FIT se presenta como la expresión de “la izquierda”. Pero no lo es ni
ha querido serlo. Es en todo caso una confluencia de organizaciones de
izquierda que vienen desarrollándose a nivel electoral. Se ha construido
con la autoreferencialidad que las caracteriza, la metodología propia
de los partidos institucionalizados y sin convocatoria a abrir debates
sobre la situación ni sobre el programa. No obstante representa más que
la suma de sus partes. Aún cuando no sea un <strong>polo de unidad</strong>, constituye un interesante <strong>polo de referencia</strong>
en un escenario donde las fuerzas y militantes de izquierda nos
encontramos dispersos y con grandes dificultades para encarar la disputa
cultural contra las opciones capitalistas como el kirchnerismo. <strong>Atendiendo
esta situación es que llamamos a apoyar en estas elecciones al FIT en
tanto y en cuanto constituye una alternativa de izquierda con
perspectiva clasista.</strong></p>
<p style="margin-top: 0px; margin-bottom: 1px; text-indent: 25px;" align="justify">Tras
años de fragmentación, es probable que desde el FIT no sea posible
desarrollar una perspectiva unitaria, la cual requiere de un balance más
agudo de la historia de la izquierda de las últimas décadas. Podrá no
obstante servir para comenzar el debate, para realizar los balances que
nos debemos, para repensar la izquierda en vistas a crear herramientas
más efectivas. Eso que nos debemos es algo que excede las posibilidades
de las direcciones de los partidos del FIT y <strong>sólo podrá alcanzarse con el esfuerzo de todas las expresiones de izquierda</strong> que tengan vocación de avanzar en un camino de unidad desarrollado en la práctica.</p>
<h6 style="margin-top: 10px; margin-bottom: 1px; text-indent: 0px;"><strong>Las tareas que faltan</strong></h6>
<p style="margin-top: 10px; margin-bottom: 1px; text-indent: 25px;" align="justify">Y
sin embargo, aquel armado electoral no va más allá. No va a poder
sustituir las tareas que debemos realizar colectivamente, no puede
sustituir la construcción de otra cultura de izquierda, no puede
reemplazar la necesidad de dar la batalla cultural contra un sentido
común que, en nombre del “progreso”, consolida la reproducción de un
país injusto y desigual.</p>
<p style="margin-top: 0px; margin-bottom: 1px; text-indent: 25px;" align="justify">De
lo que se trata es de crear más organización de izquierda desde una
perspectiva radicalmente democrática. De crear prácticas, encuentros y
debates donde las fuerzas de izquierda puedan confluir sin que pese la
amenaza de la mezquindad. De crear perspectivas de trabajo en las que la
heterogeneidad no sea algo a abolir por vía de prácticas internistas.</p>
<p style="margin-top: 0px; margin-bottom: 1px; text-indent: 25px;" align="justify">La izquierda que hay que construir es nueva, pero <strong>no
se encuentra fuera de las tradiciones de lucha y de las experiencias de
organización. Lo que viene faltando es poner a dialogar esas
tradiciones y esas experiencias con vistas a construir una perspectiva
estratégica</strong>.</p>
<p style="margin-top: 0px; margin-bottom: 1px; text-indent: 25px;" align="justify">Hoy
se trata de defender la identidad de izquierda, aún con todos los
desafíos que tiene por delante. En el mañana esa identidad de izquierda
será más visible. Se tratará de quienes se organizan democráticamente.
Se tratará de quienes aceptan superar (sin anular) las diferencias. Se
tratará de quienes logren acordar una perspectiva que nos coloque en el
camino del socialismo.</p>
<p style="margin-top: 20px; margin-bottom: 0px; text-indent: 0px;" align="center"><img src="http://www.corrientelajuve.com.ar/prisma/images/2logos.jpg" border="0"></p></div>
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