<span class="Apple-style-span" style="border-collapse: separate; color:
rgb(0, 0, 0); font-family: 'Times New Roman'; font-size: medium;
font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal;
letter-spacing: normal; line-height: normal; orphans: 2; text-indent: 0px;
text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing:
0px;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(18, 18, 18);
font-family: Verdana; font-size: 12px; line-height: 20px;">
<h2 style="margin: 0px; padding: 0px; font-weight: normal; font-family:
Verdana,Helvetica,Arial,sans-serif; font-size: 19px; line-height:
24px;">Clarín, Revista Viva<br /></h2>
</span></span>
<p><font size="3"><span class="Apple-style-span" style="border-collapse:
separate; color: rgb(0, 0, 0); font-family: 'Times New Roman'; font-size:
medium; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal;
letter-spacing: normal; line-height: normal; orphans: 2; text-indent: 0px;
text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing:
0px;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(18, 18, 18);
font-family: Verdana; font-size: 12px; line-height: 20px;">
<h2 style="margin: 0px; padding: 0px; font-weight: normal; font-family:
Verdana,Helvetica,Arial,sans-serif; font-size: 19px; line-height:
24px;">Domingo 4 de Octubre de 2009</h2>
</span></span></font></p>
<span class="Apple-style-span" style="border-collapse: separate; color:
rgb(0, 0, 0); font-family: 'Times New Roman'; font-size: medium;
font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal;
letter-spacing: normal; line-height: normal; orphans: 2; text-indent: 0px;
text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing:
0px;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(18, 18, 18);
font-family: Verdana; font-size: 12px; line-height: 20px;">
<div id="node-414" class="node" style="border-bottom: 1px solid rgb(220,
220, 220); margin: -1.5em -26px 1.5em; padding: 1.5em 26px;"><span
class="submitted" style="font-size: 0.92em; color: rgb(137, 137,
137);"></span>
<div class="content" style="margin: 0.6em 0px;">
<p style="margin: 0.6em 0px 1.2em; padding: 0px;"><strong>Es una
ciencia</strong><br />Historias:<br /></p>
<h2 style="margin: 0px; padding: 0px; font-weight: normal; font-family:
Verdana,Helvetica,Arial,sans-serif; font-size: 19px; line-height:
24px;">En el país, doce mil becarios trabajan -entre sinsabores y
reclamos- para aportar nuevos descubrimientos. Así viven nuestros
futuros investigadores.</h2>
<p style="margin: 0.6em 0px 1.2em; padding: 0px;">Mariana Gómez
tiene 28 años y es antropóloga social. Podría decirse
que es una privilegiada si se tiene en cuenta que pertenece al selecto y
reducido puñado de jóvenes que pueden dedicarse a la
ciencia. Pero después de diez horas frente a su computadora, no
parece muy feliz. Trabaja sola en su pequeño departamento para
terminar una investigación sobre mujeres tobas en Formosa que ella
misma financió.</p>
<p style="margin: 0.6em 0px 1.2em; padding: 0px;">Descargar PDF desde:
http://200.16.17.55/~jcp/?q=taxonomy/term/11</p>
</div>
</div>
</span></span>
<h2>Notas de Prensa</h2>
<h2><a target="_blank" href="http://200.16.17.55/%7Ejcp/?q=node/415"
title="Este enlace externo se abrirá en una nueva ventana">Clarín -
Miércoles 7 de Octubre de 2009</a></h2>
<span class="submitted"></span>
<div class="content">
<h2>Jóvenes científicos en estado precario</h2>
<p>El sistema de becas es el pilar que permite la producción de
nuevos científicos en el país, sosteniendo la
formación de posgrado y brindando las primeras instancias de
inserción en institutos de investigación reconocidos. Pero a
pesar de esta importancia estratégica, los miles de becarios que
trabajan en nuestra sociedad padecen condiciones de precariedad, las
cuales terminan provocando éxodos o frustrando vocaciones.</p>
<p>Nota completa en: <a title="Este enlace externo se abrirá en una nueva
ventana" target="_blank"
href="http://www.clarin.com/diario/2009/10/07/opinion/o-02013758.htm">http://www.clarin.com/diario/2009/10/07/opinion/o-02013758.htm</a></p>
</div>
<br /><span class="Apple-style-span" style="border-collapse: separate;
color: rgb(0, 0, 0); font-family: 'Times New Roman'; font-size: medium;
font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal;
letter-spacing: normal; line-height: normal; orphans: 2; text-indent: 0px;
text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing:
0px;"><span class="Apple-style-span" style=""><span class="Hora"> <br />
Política científica</span>
<h1><font id="tamanotitulo">Son jóvenes, investigan y no quieren
seguir trabajando en negro</font></h1>
<em><font id="tamanobajada">Son 12 mil becarios en todo el país y
1.100 en Córdoba. También cuestionan la estrategia del
Estado.</font></em><br /><br />Ver en:<span
class="Apple-converted-space"> </span><u><font
color="#0000ff">http://www.lavoz.com.ar/09/08/24/secciones/sociedad/nota.asp?nota_id=544796</font></u><br
/><br />
<h2>Programa "Por Partida Doble" Cablehogar Rosario - 20 de
julio de 2009.</h2>
<span class="submitted"></span>Nota a Investigadores en Formación
(JCP)
<div class="content">
<p>En el link se puede ver una nota que le hicieron a dos
compañeros de JCP Rosario en un programa de TV de Rosario.</p>
<p><a target="_blank" href="http://www.vimeo.com/5713382" title="Este
enlace externo se abrirá en una nueva
ventana">http://www.vimeo.com/5713382</a></p>
<p> </p>
<h2><a target="_blank" title="Este enlace externo se abrirá en una nueva
ventana" href="http://200.16.17.55/%7Ejcp/?q=node/376">Página/12 -
4 de julio de 2009</a></h2>
<span class="submitted"></span>Final de la nota de Osvaldo Bayer
<div class="content">
<h2>"Los que ponen el rostro"</h2>
<p>Y sigamos con los que silenciosamente componen el verdadero
núcleo de la sociedad que busca su verdadero progreso, y dejemos de
interesarnos en si De Narváez usa zapatos Florsheim o Macri
prefiere relojes Tag Heuer. Por ejemplo, he encontrado una
agrupación que lleva el nombre de Jóvenes Científicos
Precarizados. Que usan como lema “Investigar es trabajar”.
Sí, son los que van observando el horizonte del progreso de la
ciencia para el real beneficio de la humanidad, ya que consideran que
“el conocimiento se ha convertido en un bien de mercado”,
tomando en serio estas palabras de Marco Lattuada, vicepresidente del
Conicet. Y para no caer en esa dependencia que lleva a la ciencia por
caminos que nada tienen que ver con el progreso humano, reclaman que se
los considere trabajadores, que se les reconozcan derechos fundamentales
para no caer en dependencias conformistas. Por eso solicitan se les
reconozca a los becarios el derecho a obra social, a la jubilación,
a licencias reglamentadas, a la antigüedad, licencias por enfermedad,
maternidad o paternidad. También el derecho a vacaciones, ya que se
encuentran en esto siempre a voluntad del director correspondiente. El
reconocimiento de todos esos derechos llevaría tranquilidad y
seguridad a los investigadores y no la situación de mirar a otras
posibilidades para el futuro. Creemos que hay que escucharlos en sus
planteos. Porque ahí puede estar una parte importante del futuro de
los conocimientos, que es el paso adelante para ir formando mundos
más profundos en base a las enseñanzas de la ciencia. Buen
nombre han elegido para bautizarse: Jóvenes Científicos
Precarizados. Denuncian en ese título una realidad sin grandeza,
egoísta. Escuchémoslos.</p>
<p><a target="_blank"
href="http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-127702-2009-07-04.html"
title="Este enlace externo se abrirá en una nueva
ventana">http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-127702-2009-07-04.html</a></p>
</div>
</div>
<br />
<h2><a target="_blank" title="Este enlace externo se abrirá en una nueva
ventana" href="http://200.16.17.55/%7Ejcp/?q=node/371">Miradas al Sur - 14
de Junio de 2009</a></h2>
<span class="submitted"></span>
<div class="content">
<p><strong>Ciencia, Técnica… y también
precarización</strong></p>
<h2>Bebés que quieren salir de la probeta</h2>
<p><strong>En las universidades y laboratorios del país
surgió una nueva asociación: se llama Jóvenes
Científicos Precarizados. Quieren debatir para qué modelo de
país investigan y producen.</strong><br />por Eduardo
Blaustein.</p>
<p>POR SOCIEDAD</p>
<p>“El actual sistema de becas –una pieza central en el
andamiaje del sistema Ciencia y Técnica (CyT)- muestra en su
núcleo una contradicción fundamental: la sociedad que nos
financia, que nos permite investigar y terminar nuestros doctorados, no
tiene canales ni legitimidad para opinar sobre el conocimiento que
producimos. Hoy día una gran parte de la sociedad asume que el
conocimiento y la ciencia son terrenos ajenos que se encuentran bajo el
dominio de sujetos ‘iluminados’”.<br />Así abre
un documento elaborado hace pocos días por una agrupación de
nombre llamativo y a la vez provocador: Jóvenes Científicos
Precarizados (JCP). Tal como sugieren esas primeras líneas, si en
Argentina la discusión pública de estrategias de Ciencia y
Tecnología es casi nula, en ese paisaje de desierto pocos saben que
una parte crucial del sistema descansa sobre las espaldas de becarios e
investigadores jóvenes mal pagos y poco consultados.<br />El
documento que se extracta aquí es preliminar, está en plena
discusión y de hecho cierra con preguntas abiertas para que otros
científicos añadan sus comentarios y críticas desde
asambleas, lugares de trabajo o regiones de pertenencia. Sin embargo hay
una línea dura que define el sentido de la discusión: los
muchachos JCP, sintonizando hacia atrás (no faltan las citas de
homenaje a figuras como Oscar Varsavsky y Rolando García) y hacia
el futuro, impugnan la idea central de mercantilización del
conocimiento. De hecho, antes del texto media la introducción de
dos citas. Una es una declaración de Lino Barañao, ministro
de Ciencia y Técnica. La otra es de Mario Lattuada, vicepresidente
CONICET, que el 5 de marzo pasado dijo a la revista Mercado: “En las
últimas décadas el conocimiento científico se
transformó fundamentalmente en la base de desarrollo de los
países, pero sobre todo en un bien de mercado que es apropiado por
las personas, por las naciones y que genera riqueza tanto a las personas
como poder a las naciones”. A los JCP eso de “bien de
mercado” les gusta más bien poco, entre otros detalles porque
su crítica es se extiende a las lógicas del capitalismo o
del neodesarrollismo.</p>
<p>Producir sin saber para qué. El documento de los JCP subraya una
y otra vez cierto sin sentido (o un sentido que no comparten) del sistema
en que desarrollan sus tareas: ““La mayor parte de nuestras
tareas laborales indican que contribuimos a producir, acumular,
distribuir, publicar y circular saberes, tecnologías, datos,
investigaciones, teorías y más saberes. Desconocemos a
dónde va a parar todo esto, o quiénes son concretamente los
que se benefician con su aplicación y/o reflexión”.
Inmediatamente después agregan: “Hoy la deriva de nuestras
vidas académicas evita que hagamos una parada para preguntarnos:
¿Para qué y quiénes producimos? ¿Qué
saberes, teorías y tecnologías son necesarias en nuestro
contexto actual? ¿No son las necesidades sociales un fin para
producir? ¿De dónde vienen las líneas directrices
–los hilos invisibles- que estructuran la producción
académica? ¿Qué lectura transdiciplinaria de la
ecuación investigación aplicada/básica debemos hacer
en un país tercermundista como el nuestro?”.<br />Si es por
algún productivismo, dice el documento, “el sistema
científico se muestra incapaz de alimentar el desarrollo del
país, incompetente para resolver las problemáticas sociales,
económicas o ambientales nacionales. No existe coordinación
dentro del sistema científico, ni comunicación entre
éste y el Estado. Mucho menos con la propia población, con
organizaciones populares, sociales o territoriales”.<br />Sin
embargo, sostienen los JCP, “lo cierto es que el procesamiento,
utilización y desarrollo de este conocimiento desarticulado
sí encuentra productividad y rentabilidad. Pero lo hace en los
centros de investigación y desarrollo de los países del
primer mundo o bien, en muchos casos, en el seno de empresas
multinacionales que se encargan de vender dicho conocimiento procesado a
países del tercer mundo como el nuestro. El derrame del
conocimiento implica entonces, en la cruda realidad, terminar pagando a un
valor mucho más alto el conocimiento que nuestros
científicos formados en el país desarrollan aquí o en
el extranjero”.</p>
<p>Palo y palo. Los Jóvenes Científicos Precarizados recogen
y cuestionan algunos puntos básicos del Plan Estratégico de
Ciencia, Tecnología e Innovación “Bicentenario”
(2006-2010). En la interpretación que hacen de ese Plan “todo
parece indicar que los que se beneficiarían serán los
grandes monopolios y corporaciones empresariales” en el marco de un
modelo exportador. Por el contrario, y siempre según la lectura que
hacen los jóvenes científicos, “no se mencionan
objetivos concretos de aplicación de estos desarrollos a cuestiones
sociales concretas de nuestro país”.<br />JCP también
entiende que cuando el plan se refiere a los desafíos de la
cohesión y la equidad social o del desarrollo sustentable.
“no se explicita en qué consistiría este desarrollo
sustentable, más allá de la declarada intención de
proteger y usar racionalmente los recursos naturales de las distintas
regiones del país”. El documento sí valora del Plan la
apuesta a “lograr para el 2010 una inversión del 1% del PBI
en CyT, 50 % proveniente del sector público, 50 % del sector
privado”. Sin embargo destaca que faltan referencias concretas sobre
“las problemáticas laborales del personal de apoyo ni sobre
la regularización laboral de los becarios, quienes
continuarían siendo mano de obra precarizada”.</p>
<p>RECUADRO</p>
<p>¿Otra ciencia? ¿Para qué?</p>
<p>“El prestigio de la ciencia (…) es tan aplastante, que
parece herejía tratar de analizarla en su conjunto con
espíritu crítico, dudar de su carácter universal,
absoluto y objetivo, (…) Los medios de difusión de nuestra
sociedad ensalzan estas virtudes de la ciencia (…) hemos llenado de
elogios a la ciencia que tenemos. Su prestigio es tan grande que
seguramente está bien como está. ¿Qué
necesidad hay de otro tipo de ciencia cuando ésta ha tenido tantos
éxitos? Y sin embargo —observación trivial que ha
perdido fuerza por demasiado repetida— entre sus éxitos no
figura la supresión de la injusticia, la irracionalidad y
demás lacras de este sistema social. Esta observación
autoriza a cualquiera a intentar la crítica global de nuestra
ciencia. Algo debe andar mal en ella. La clásica respuesta es que
ésos no son problemas científicos: la ciencia da
instrumentos neutros, y son las fuerzas políticas quienes deben
usarlos justicieramente. Si no lo hacen, no es culpa de la ciencia. Esta
respuesta es falsa: la ciencia actual no crea toda clase de instrumentos,
sino sólo aquellos que el sistema le estimula a crear.”</p>
<p>Oscar Varsavsky, 1969, citado en el documento de los JCP.</p>
<p> </p>
<p><br /></p>
</div>
<br />Jóvenes Científicos Precarizados<br />Investigar es
Trabajar<br />Somos becarios de CyT y jóvenes investigadores en
todo el país<br />(CONICET-ANPCYT-CNEA-INTA-INTI-UUNN-CIC-ANLIS)<br
/><br />Peleamos por:<br />- Nuevo Régimen Laboral con obra social,
aguinaldo, aportes jubilatorios, etc.<br />- Urgente Remuneración
Acorde a la canasta familiar<br />-<br />Democratización del
sistema científico con voz y voto para todos - Por una
política de CyT de cara a las necesidades del país y del
pueblo<br /><br />Para suscribirte:
jovenescientificosprecarizados-subscribe@gruposyahoo.com.ar Pagina Web:
www.precarizados.com.ar</span></span>