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<h3><b>OPINIÓN<br><br>
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</b></h3><h1><b>La fábula de Carlos, Mingo y los bancos<br><br>
<br>
</b></h1><h2><b>Las AFJP no compiten entre sí. Al revés, tienden a
parecerse y mucho. Los bonos públicos explican la mayoría de la
inversión. Francisco Sánchez.</b></h2>Por Francisco Sánchez<br>
21.10.2008<br>
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</a><br><br>
Carlos es el presidente del País del Sur (PS). Un día, su ministro de
Economía, Domingo, le propone privatizar la seguridad social. Esto, le
dice Domingo, mejorará las jubilaciones, diversificará el riesgo de los
contribuyentes al sistema, desarrollará el mercado de capitales,
blanqueará empleo por trabajadores que demandarán un lugar para su
ahorro, el Estado no tendría déficit jubilatorio y la competencia se
traduciría en beneficios para la gente.<br><br>
El presidente Carlos se convence –había un negocio privado, no había
falta mucho para persuadirlo– y ordena que las contribuciones de los
empleados que antes financiaban a los jubilados vayan ahora a las nuevas
organizaciones que van a administrarlo: las AFJP, una idea a medida de
los grandes bancos. Las AFJP van a cobrar un tercio de cada peso que
reciben de los trabajadores con el compromiso de invertirlo de la mejor
manera con buena rentabilidad y bajo riesgo.<br><br>
A poco de andar, dos cosas curiosas ocurren. Una, que aparece un déficit
en el Gobierno porque desaparece el financiamiento de los trabajadores
activos a los jubilados ya que ahora va a sus cuentas particulares. Otra,
que casi un tercio de la contribución se paga en comisiones para
administrar los fondos. Así, por cada diez pesos que aporta un
trabajador, siete quedan en manos de la AFJP.<br><br>
La aparición del déficit de la seguridad social para financiar a los
jubilados actuales obliga a emitir bonos para cubrirlo. ¡Y las AFJP son
las compradoras de esos bonos! Es decir que se les paga para que compren
los bonos emitidos para financiar el déficit jubilatorio que las AFJP
mismas causaron. Y, claro, no hay aumento del ahorro. Lo que las AFJP
acumulan lo desacumula el Gobierno. Les pagan por daño cometido.<br><br>
Hay más. Las AFJP no compiten entre sí. Al revés, tienden a parecerse y
mucho. Por dos pecados de nacimiento. Uno, porque en un mercado de
capitales chico, los bonos públicos explican la mayoría de la inversión.
Otro, porque diferenciarse es correr el riesgo de poner dinero para los
accionistas de las afepés si la apuesta sale mal y el rendimiento es algo
menor que el promedio del sistema. Les pagan por no competir.<br><br>
Implícito más arriba está el otro problema: en un mercado de capitales
chico, característica de casi todos los países emergentes, el activo más
líquido y más importante son los bonos del Gobierno. ¿Podría invertirse
en el extranjero? Podría. Sin embargo, los países emergentes necesitan
cuidar su ahorro así que limitan la inversión afuera de las AFJP por
buenas razones. Les pagan por no diversificar.<br><br>
Es decir que las promesas se rompen sobre la base –por ser generosos,
olvidar la codicia, cuestión de moda hoy en Wall Street– de enormes
problemas de diseño e implementación: no hay más ahorro, ni más
formalidad, ni menos déficit, ni beneficios por la competencia, ni
diversificación del mercado de capitales. Al revés, hay ineficiencia,
desperdicio.<br><br>
A no creer que esta fábula es una exageración progresista. En realidad,
se inspira en una fábula crítica que el economista Laurence Kotlikoff
hizo de la reforma previsional chilena, a la que calificó como el
“triunfo de la forma sobre el fondo”. Lejos de ser un economista de
izquierda, Kotlikoff, profesor en Boston University, es uno de los
impulsores de la privatización de la seguridad social en Estados
Unidos.<br><br>
Kotlikoff criticó las reformas en los países latinoamericanos y atribuyó
los errores de diseño e implementación a la “incontenible influencia que
los banqueros, las compañías de seguro, las casas de bolsa, las compañías
de inversión y otros jugadores del sistema financiero tienen en la
política pública”.<br>
At 15:32 22/10/2008, Pablo I. Tamborenea wrote:<br><br>
<blockquote type=cite class=cite cite="">Por medio de este mensaje
expreso a la comunidad de la Facultad, a título<br>
personal, mi tristeza y consternación por el proyecto de ley anunciado
ayer<br>
sobre el régimen de jubilación. En mi opinión hay muchas razones
para<br>
lamentar esta decisión del gobierno, pero les dejo esta cita del
editorial<br>
del diario La Nación, que expresa para mí lo más grave de la
situación:<br><br>
<br>
"Antes de cualquier consideración particular, corresponde recordar
que <br>
los aportes que los trabajadores realizan a las AFJP no son fondos
que <br>
pertenezcan a estas administradoras ni al Estado. Pertenecen a los
<br>
aportantes, quienes han confiado su administración a aquellas <br>
entidades con el fin de preservarlos de la inescrupulosidad con
que, <br>
históricamente, las administraciones públicas manejaron los fondos
<br>
previsionales.<br><br>
Esto se desprende de la legislación previsional vigente, que
determina <br>
que el fondo de jubilaciones y pensiones es un patrimonio <br>
independiente y distinto del de la administradora y que pertenece a
<br>
los afiliados a las AFJP. En tal sentido, las cuotas partes de esos
<br>
fondos constituyen una propiedad del aportante y gozan plenamente
de <br>
las garantías del artículo 17 de la Constitución, que establece que
<br>
"la propiedad es inviolable y ningún habitante de la Nación puede
ser <br>
privado de ella, sino en virtud de sentencia fundada en
ley".<br><br>
Cualquier apropiación de aquellos fondos previsionales por parte
del <br>
Estado implicaría una expropiación, la cual sólo puede ser
calificada <br>
por ley en función de una causa de utilidad pública y debe ser
<br>
previamente indemnizada."<br><br>
<br>
Saludos,<br><br>
Pablo Tamborenea<br><br>
<br>
----------------------------------<br>
Prof. Pablo I. Tamborenea<br>
Departamento de Física, FCEN, UBA<br>
<a href="http://www.df.uba.ar/users/pablot" eudora="autourl">
http://www.df.uba.ar/users/pablot</a><br>
----------------------------------<br><br>
<br><br>
<br><br>
<br>
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<br>
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22/10/2008 7:23</blockquote></body>
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