<div dir="ltr">Coincido con quien llamó de corrupción a lo que acontece con el Konabot. Ciertamente es un fraude, una estafa. Pero hay algo más, que a mí me preocupa de sobremanera.<br>Analicemos una posible situación: En tres años el mercado de robots en
Argentina se vuelve interesante y una empresa Japonesa decide importar
y vender robots en el país. Pero resulta que no puede competir en
precio con el Konabot de "Robots del Sur". Qué hace? Fácil: Con un
par de millones de dólares compra "Robots del Sur", la cierra y todo lo
desarrollado se descarta. Los dueños de "Robots del Sur" la levantan
con pala y los japoneses venden los robots japoneses al precio que
quieren. Qué pasa con el país? No sólo tiene robots más caros, que sería lo de menos. Pierde nuevamente la
posibilidad de tener un desarrollo tecnológico nacional y autónomo. La
línea de investigación está perdida ya que la Facultad cedió todos los
derechos de uso y comercialización. <br>Situaciones similares a esta puede haber muchas, donde lo realizado de pierde total o parcialmente.<br><br>
El proyecto Konabot es uno de los desarrollos tecnológico más
interesantes del Departamento de
Computación. Util y concreto que puede colaborar con el desarrollo del país como contrapartida a los "papers" que colaboran mucho con el saber universal pero poco con nosotros. <br>Pero con esta maniobra el proyecto se ve sepultado por los traidores de siempre, traidores que ponen sus mezquinos intereses personales por sobre el de la sociadad toda. No se establece en el contrato ningún tipo de control sobre el desarrollo por parte de la Facultad, esta pierde totalmente el control del proyecto, lo cede completamente. Queda fuera de la ingerencia de quienes han financiado su desarrollo por años.<br>
Existen alternativas a este contrato entreguista? Claro que sí.<br>Desde mantener el desarrollo en la factultad hasta asociarse con otras instituciones estatales como el INTI o la CNEA para llevar adelante se fabricación en escala y comercialización. Qué el estado no puede producir? INVAP diseñó, fabricó y vendió un reactor nuclear al primer mundo. No hay empresa privada argentina que la supere en desarrollo tenológico.<br>
También está la opción ceder a una empresa privada la fabricación y comercialización, pero mantener el desarrollo e investigación bajo la órbita de la facultad.<br>Entre estas opciones existen cientos de matices, como asistencia tenológica, empresas mixtas, etc. Algunos me gustan más otros menos, pero el rectorado optó por el peor de todos.<br>
<br>Yo soy egresado del Depto de Computación. También soy empleado del Estado, trabajo en la Comisión Nacional de Energía Atómica. Trabajar en el Estado tiene sus pro y sus contra. Y, a diferencia del ámbito privado, tiene derechos y obligaciones particulares como trabajador estatal. A mi entender y pensar, una de las obligaciones particulares que le corresponden al empleado estatal es la de cuidar de los intereses de la institución, ya que le pertenece al pueblo argentino. <br>
Con la universidad pública pasa algo similar. No es sólo cuestión de que los estudiantes reclamemos nuestro derecho a saber qué pasa con el Konabot. Esto es un fraude, tenemos la obligación de tomar cartas en el asunto para defender los intereses de la universidad y los del pueblo argentino que pone parte de su esfuerzo para que nosotros estudiemos en ella.<br>
Hay que juntarse, debatir, cruzar ideas y trabajar para que esto no pase. Se pone en juego, una vez más, el proyecto de país que queremos. Industrializado o bananero. Tecnológicamente autónomo o dependiente. Es nuestra obligación no dejar pasar esto. <br>
<br>Sebastián Cativa Tolosa<br>Licenciado en Ciencias de la Computación - FCEyN<br>Comisión Nacional de Energía Atómica - Centro Atómico Constituyentes<br><br>
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