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</head>
<body bgcolor="#ffffff" text="#000000">
<br>
<br>
<font face="Times New Roman, Times, serif"><span
style="font-size: 12pt;">No soy de responder a este
tipo de mensajes, pero creo que, los que tenemos más edad, somos
responsables
por las nuevas generaciones. Y lo que yo veo, en este momento, muy
explícitamente en estos “comunicados”, tanto de Sinergia como del NEI,
es que
están tratando de venderles a los más jóvenes una versión falseada,
absolutamente parcial, de la historia. Y esto no es un fenómeno local,
sino que
lo vemos a diario desde las esferas más altas. <br>
<o:p></o:p></span><br>
<><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p>Quiero que algo quede bien
en
claro, porque sé que las palabras se tergiversan y se les da muchas
veces
interpretaciones antojadizas que responden a algún fin (por ejemplo,
desprestigiar al interlocutor):</span></><br>
<><span style="font-size: 12pt;">Considero que la represión durante los
años del proceso fue una represión
criminal, aberrante, que merece que caiga sobre ella todo nuestro
repudio y
todo el peso de la ley. No solo por los métodos terribles que se
usaron, sino
porque se escudaron en el poder que les da el manejo del estado, de
donde debe
provenir la verdadera justicia. Y porque, además, entre los 30 000
desaparecidos debe haber muchísimos inocentes...<o:p></o:p></span></>
<br>
<span style="font-size: 12pt;"><o:p> </o:p></span>
<br>
<span style="font-size: 12pt;">Pero
de ahí a llamar a los guerrilleros<span style=""> </span>(cito
textualmente), “una generación pletórica de ideales, de convicciones,
que creyó
en una sociedad más justa, más igualitaria”, es, simplemente, mentir.
Manipular
la mente de los que no vivieron esa época, engañar y confundir,
difundiendo una
versión falaz de la historia.<o:p></o:p></span><br>
<><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p>Generación
“pletórica de ideales”? Independientemente de si se comparte o no el
ideario
que los movilizaba,<span style=""> </span>no puedo concebir
que se llame “joven idealista” a aquél que, para imponer sus ideas,
recurre al
terror, al secuestro, al asesinato de inocentes, a poner bombas sin
fijarse
siquiera a cuántos o a quiénes puede llegar a matar. Recuerdo, entre
los
muchísimos hechos aberrantes, el asesinato de Paula Lambruschini (hija
de un
militar, quince años), al que una de estas “jovenes idealistas”,
fingiéndose su
amiga, entró en su casa, comió con la familia, y a la noche, puso una
bomba
bajo su cama.... O el de la hija del capitán Viola, de 7 años... O el
martirio
al que fue sometido el teniente Larrabure... Estos pocos ejemplos
bastan para
admirar “la hermosura de sus hechos, y la de tantos otros, ignorados,
perseguidos y rebeldes hasta el fin”, como expresa la cita de Rodolfo
Walsh. Y
solo cito estos pocos, aunque la lista es enorme, porque mi propósito
no es
hacer una lista exhaustiva (para cuándo la segunda parte del “Nunca
más”?),
sino mostrar que no se reparaba en medios para conseguir<span style="">
</span>el objetivo fijado, el “ideal”. <o:p></o:p></span></>
<><span style="font-size: 12pt;"><o:p> </o:p></span></><br>
<><span style="font-size: 12pt;"></span></><br>
<><span style="font-size: 12pt;">Vivíamos,
en ese entonces, en un gobierno elegido democráticamente. Era, para mí,
un
gobierno vergonzoso, pero había sido elegido democráticamente. Si
alguien desea
cambiar una realidad, en las sociedades civilizadas se recurre a las
urnas. Si
se trata de imponer un<span style=""> </span>“ideal” por la fuerza
o por el terror, deja de ser un ideal. Es una imposición brutal a una
sociedad
que, evidentemente, no compartía esos mismos “ideales”. El medio,
entonces, del
que disponían era, justamente sembrar el caos y el terror. <o:p></o:p></span></>
<br>
<span style="font-size: 12pt;"><o:p> </o:p></span>
<br>
<span style="font-size: 12pt;">Podemos
llamar “idealistas” a los que protagonizaron estos hechos aberrantes?
Sí puedo
llamar idealista a un Ghandi, que luchó contra la<span style=""> </span>verdadera
opresión<span style=""> </span>a la que estaba sometido su pueblo
usando
como única “arma” efectiva, la resistencia pacífica. A gente como él,
toda mi
admiración y tributo. Gente como él desearía que fuese ejemplo para mi
hijo y
para todos los jóvenes. Quiero jóvenes idealistas, porque el idealismo
es una
condición necesaria de la juventud. Jóvenes comprometidos y no
abúlicos, que
cambien aquello que deba ser cambiado, pero con las “armas” de un<span
style=""> </span>Ghandi, no con las de un Firmenich...<o:p></o:p></span>
<br>
<span style="font-size: 12pt;"><o:p> </o:p></span>
<br>
<span style="font-size: 12pt;">Un
pueblo que olvida (o tergiversa, que es también una forma de olvidar)
su propia
historia, está condenado a repetir los mismos errores. No olvidemos las
atrocidades del proceso, para que sea cierto el “Nunca más”. Pero
tampoco
olvidemos las atrocidades de la guerrilla. Esas también requieren que
gritemos,
con todas nuestras fuerzas,<span style=""> </span>“Nunca más!”<o:p></o:p></span>
<br>
<span style="font-size: 12pt;"><o:p> </o:p></span>
<br>
<span style="font-size: 12pt;">Perdón
por la cháchara.... No quiero con esto desatar una ola de mensajes,
pero la indignación
pudo más...<o:p></o:p></span>
<br>
<br>
Claudia Giribet<br>
Martín Ruiz de Azúa<br>
<span style="font-size: 12pt;"><o:p> </o:p></span>
<br>
<span style="font-size: 12pt;"><o:p> </o:p></span></font>
<br>
<br>
</body>
</html>