[Todos] La paranoia Querulante (6)

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Mar Sep 15 12:22:26 ART 2009


En su obra "Los delirios "creíbles" . Reflexiones psiquiátrico-forenses en
torno a los delirios paranoicos", por el Dr. Lucio E. Bellomo,
encontramos:

...

Trataremos de estudiar cómo se logra en el enfermo la globalización y
deslizamiento de la idea normal hacia el carril de lo patológico para
culminar ineluctablemente en una convicción asombrosamente loca.
Obligadamente tendremos que verlo a la luz de las perturbaciones afectivas
y conativo-pulsionales.

La mayoría de los tratadistas(49, 27, 34, 35, 41, 45, 52, 57) coinciden en
afirmar que el paranoico posee una megalomanía feroz y una idolatría de su
ego plasmada en un narcisismo salvaje hacia su persona. Por lo que he
estudiado, este narcisismo esencial en la enfermedad posee un fuerte
componente de envidia para con el que puede ser mejor o está en vías de
serlo.

La vanidad del paranoico es desviada y perversa; posee siempre un
principio de envidia, de odio y voluntad de triunfo, cuyo resultado final
es el despotismo de la persona para con los otros (Genil Perrin, op. cit.
págs. 202–27). Ello se agrava si en el medio existe dinero y/o poder.

El agravio del Yo patológicamente insuflado o infatuado busca la vía
exutoria de la globalización del silogismo, para demostrar,
fundamentalmente, que se le ha infligido una "ofensa e injusticia". Cuando
ésta se ha registrado, mueve el Yo, centrípeta y centrifugamente, hacia la
realidad, porque es autorreferente y posee la fuerza conmutadora del
afecto.(8)

Necesita vitalmente que sea cobrada, porque el paranoico es un "recaudador
de injusticias" y no un mero coleccionista de iniquidades.(52)

Ahora bien: para deslizarse y correrse del silogismo válido hacia el
falso, por la presencia de una "ofensa e injusticia" consecuencia del Yo
lacerado, debe hallarse durante el proceso perceptual, y de manera
constante, la idea de un "descubrimiento" que intuitivamente no puede
dejar de soslayar.

Aclarémoslo. De un modo muy rudimentario, el paranoico se coloca ante el
mundo como un creador intelectual. Los autores que han estudiado la mente
creativa humana (entre ellos, Koesler) sostienen que el descubrimiento
intelectual novedoso y original se logra "por encontrar una analogía allí
donde nadie antes la había visto".(10, 36)

El paranoico, como veremos, también descubre "analogías y evidencias",
pero la patrimonia para la reivindicación de las ofensas e injusticias que
han lastimado su orgullo y envidia. En el caso del real creador, existe
conciencia de la novedad registrada y de que ésta deberá someterse todavía
a sucesivas y rigurosas pruebas, propias del método de la investigación
científica.(7, 10, 59)



Área afectiva

El terror y el odio legitimado en el sistema pasional reivindicativo. La
megalomanía y la "ofensa-injusticia" insoportable

La Escuela Francesa tuvo la sagacidad clínica de dividir los delirios
razonantes en reivindicativos e interpretativos.(57)

Los primeros, sustentados por una fuerte pasión, podrían a su vez
dividirse en celotípicos y erotomaníacos: estos últimos fueron
desarrollados posteriormente por Clérambault como "delirio de ser amado"
(le délire d’être aimé).(15, 25)

Los segundos, de naturaleza más elaborada y sistematizada en su
grandiosidad y megalomanía, fueron denominados "delirios interpretativos"
por tener una carga afectiva fuertemente pleitista o querulante.

Genil Perrin(27) otorga a los paranoicos las características clínicas de
desconfianza, susceptibilidad, orgullo patológico y falsedad del juicio.

El mismo autor explicita que cualquiera sea la temática de las ideas
erróneas (léase: celotipia, erotomanía, místico-religiosa o de
autoacusación), todos ellos poseen como fondo mental homogéneo un
denominador común habitual: la venganza y la reivindicación, pero rara vez
existen formas clínicas puras.

El vigor y la fuerza conmutadora del afecto se extrae en la paranoia desde
el deseo de cobrarse una "ofensa-injusticia" y la judicación falseada se
pone al servicio del Yo omnipotente.

Son muchísimas las hipótesis o conjeturas etiopatogénicas del delirio
paranoico. Existen teorías constitucionalistas que hacen intervenir
factores hereditarios y/o genéticos de tipo biológico,(29, 44) que aún no
se hallan bien determinadas.

Hay hipótesis psicogenéticas, como la psicoanalítica, donde jugaría un rol
importante la fijación a la etapa anal expulsiva de la libido con
exaltación de los componentes homosexuales (Freud, [1856–1939])(26) y
otras de índole similar que adscriben al factor autopunitivo una vital
importancia (J. Lacan [1901–1981]).(40)

Diversas teorías psicogenéticas demuestran también que en la mayoría de
los paranoicos han existido antecedentes en su historia vital de sevicias
graves, crueldad paterno o materno filial o abuso emocional y/o
sexual.(43)

Frente a la tremenda hosquedad, vacío interior, soledad con auto y
heterodesprecio, vividos de manera constante y a través del tiempo, unidos
a un factor disposicional endógeno, es verosímil que un sujeto pueda
generar un desarrollo paranoico.(9) La entidad se forjaría con la ayuda de
un buen cociente intelectual y una "espina esténica" afectiva importante,
lo suficientemente sensible y capaz de facilitar la capacidad reaccional
del Yo ante la menor "ofensa-injusticia" desde la realidad.

El trípode "megalomanía, susceptibilidad reaccional hacia la realidad y
excelencia intelectual" hacen posible la emergencia del delirio paranoico
con toda su rutilancia. El afecto se conmuta al plano conductal.


Los diferentes estadíos de terror marcarán las distintas etapas de la
persecución. La vivencia avasallante que lo vectoriza es la resultante del
terror sentido desde la realidad. La querulancia, la impostación y el
miedo que suscita posteriormente a sus allegados, representará la etapa de
reivindicación de su narcisismo ultrajado y deberá librar la batalla en el
avance procursivo arrollador hacia la realidad.

El terror de sentirse perseguido se verá en la observación detenida de las
personas u objetos por las que registra perceptualmente las injusticias.
La fase de persecución se apreciará por la acción querulante y el uso del
reflexivo "se", "se" me ataca, "se" me persigue, "se" me acusa,(49) y a la
intemperancia de sus actos. La querulancia litigiosa por el honor ofendido
son comunes hacia todo tipo de personas. Magistrados, policías,
profesionales notables, etcétera. Otras veces se observa la inducción de
las ideas paranoicas por la altísima virulencia y penetrabilidad social
que poseen.


Conclusiones psiquiátrico-forenses

De la casuística y del estudio teórico aplicado a los ejemplos clínicos
expuestos, tomados del Cuerpo Médico Forense —tanto del Fuero Civil como
del Fuero Penal— exponemos nuestras conclusiones psiquiátrico-forenses
acerca del delirio paranoico.

La mayor parte de los casos investigados constituyeron "casos-problemas"
por la dificultad diagnóstica y la intrincada psicopatología que ofrecían.

Se pone de relevancia que la mayor complejidad radica esencialmente en
poder detectar la idea o grupo de ideas delirantes sostenidas con fuerte y
arrollador vigor afectivo, potenciadas por el enfermo en un discurso
verosímil, creíble, que puede ser tomado peligrosamente como cierto y
valedero.

Se enfatiza que la vectorización de las ideas paranoicas se halla
axialmente incorporada en la lucha querulante y persecutoria por la
defensa de "sus derechos" y de las "injusticias" sufridas. La espontánea
disposición a creer el texto delirante, lo representa —como hemos dicho—
su gran verosimilitud, la ausencia de alucinaciones y la extraordinaria
pasión reivindicativa a cobrarse las citadas "injusticias", fruto de la
megalomanía, la susceptibilidad, la desconfianza y la falsedad del juicio.

En su totalidad los casos presentados del Fuero Penal fueron considerados
como inimputables, y dentro de los previstos del art. 34 del CP.

En el Fuero Civil obligó a la internación psiquiátrica de tales pacientes.



Continuara...



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