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fvicent en dm.uba.ar
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Mie Mayo 27 00:26:16 ART 2009
Ya no tomo mas Coca Cola y la canilla de la cocina no la puedo arreglar y
ya no puedo comprarme un libro. Todas estas pequeñas calamidades se deben
al sacrificio que tengo que hacer para estirar hasta fin de mes mi
miserable haber jubilatorio. Hace 3 años denuncie el fraude al cual habia
apelado el ex decano Jacovkis para abortar mi contrato y como tal accion
habia sido secundada por un tal Juan Pablo Paz y como mis reclamos habian
sido ridiculizados por el mencionado Paz, Marcelo Frías, Hugo Scolnik,
Willy Duran, Roberto Etchenique,… La manera subita y coordinada como fui
acribillado me hizo conjeturar la existencia de una mafia. Pero ahora
quiero excusarme, no hay tal mafia en la FCEN, Uds tenían razón que yo
estaba paranoico. Leyendo el siguiente artículo me hizo pensar en lo bien
que me vendría un subsidio para pagarle al plomero.
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La Red Mafiosa en la Ciencia y la Universidad Argentina
por Eduardo R. Saguier
Investigador Independiente del CONICET
Email: saguiere en ssdnet.com.ar
Indice
I.- Introducción
II. La Agencia y la complicidad de sus Coordinadores de Área
III. El Conicet y la complicidad de sus Comisiones Asesoras
IV. Las Universidades Nacionales y la complicidad de sus Secretarías de
Ciencia yTécnica
V. Conclusiones
I.- Introducción
El origen de la Agencia Nacional para la Promoción Científico-Tecnológica,
dependiente de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación,
supuestamente obedeció a la necesidad de crear un sistema de
financiamiento de la ciencia independiente de la institución del
beneficiado y de paso despojar al CONICET de los fondos con que subsidiaba
a sus propios Investigadores de Carrera, so pretexto de que no podía ser
Juez y Parte Intere-sada en la distribución de dichos subsidios.
Pero con el correr de una sola década, lo que comenzó como un sano
objetivo de independencia y equilibrio académico terminó paradójicamente
en las antípodas, pues en los hechos la Agencia, el CONICET, las
Secretarías de Ciencia y Técnica de las Universidades Nacionales, la
CONEAU y la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de
Educación tergiversaron sus principios originarios fusionando íntima e
ilegal-mente sus mutuos intereses.
Los Coordinadores de Área de la Agencia, cuya responsabilidad es la de
asignar los evaluadores de cada proyecto (de identidad confidencial), son
designados por el Directorio de la Agencia. Estos Coordinadores de Área,
preceden, acompañan o sobrevienen a los subsidios otorgados a sí mismos,
lo que configura claramente el ilícito de colusión de intereses.
Más aún, la Agencia subsidia a ciertos y determinados Investigadores del
CONICET y en reciprocidad el Directorio del CONICET los designa en sus
múltiples Comisiones y mediante su propia Junta de Calificaciones los
asciende en la carrera científica. Este plan tampoco hubiera sido posible
sin el acompañamiento de nume-rosas autoridades, entre las cuales se
encuentran todo el staff de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la
Nación así como todos los funcionarios de las Secretarías de Ciencia y
Técnica de las diferentes Universidades Nacionales, las cuales han tenido
mediante las categorizaciones de los denominados Incentivos parte
intrínse-ca en dicho plan.
Estas reciprocidades son producto de códigos, privilegios y prerrogativas
no escritas, mediante las cuales se incluye a los eventuales aliados, se
utiliza a los auténticamente prestigiosos para infiltrar a los
inescrupulosos y mediocres, y se excluye con medidas punitivas (rechazo de
Informes, congelamiento de ascensos, etc.) a los desafectos o a aquellos
elementos considerados como peligrosos, porque pueden llegar a socabar el
plan mafioso. Con estos códigos no hay forma de arrepentirse, ni de
denunciar nunca a sus colegas. La denuncia como la delación equivalen al
ninguneo y el castigo.
En un principio, el monto de los subsidios comenzó con cifras de cinco
dígitos, y más luego alcanzaron los seis dígitos. Por otro lado, en un
comienzo el número de Áreas temáticas fue razonable pero con el correr del
tiempo se fueron multiplicando vertiginosamente. La fusión de estos
organismos de ciencia y técnica y la gestación de numerosos nichos de
poder académico alcanzó entonces su éxtasis y su fruto ha concluido por
fragmentar las filas de los científicos e inducir una suerte de paz de los
sepulcros.
Debemos señalar que esta investigación pudo ser hecha merced a la
insistencia en la Lista Electrónica Pol-Cien para que se exhibiera la
información oculta en el sitio electrónico de la SECyT, que es falto de
total transparencia y cuyo ocultamiento pareciera ser hecho ex profeso.
Los cruces entre los diferentes listados fueron hechos a mano, sin
software alguno y utilizando sólo la memoria humana, por lo que es muy
probable que se hayan escapado muchas otras correlaciones, especialmente
la de aquellos que portan apellidos patronímicos (Pérez, Rodríguez,
González, Fernández, etc.)
II.- La Agencia y la complicidad de sus Coordinadores de Área
En la Agencia Nacional para la Promoción Científico-Tecnológica,
dependiente de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación (SECYT),
presidida por el Dr. Lino Barañao, los Coordinadores de Área Jorge Jorrat,
Marcelo Cabada, Eduardo Arzt, y Jaime Cerda, se habrían adjudicado a sí
mismos sendos subsidios.
En efecto, en la Convocatoria-2004, el Coordinador del Área de Ciencias
Humanas y Sociales Dr. Jorge Jorrat recibió la suma de $209.000; y en la
Convocatoria-2003, el Coordinador del Área de Ciencias Médicas Dr. Eduardo
Arzt recibió la suma de $210.000; el Coordinador del Área de Ciencias
Biológicas Dr. Marcelo Cabada recibió la suma de $210.000, y el
Coordinador del Área de Tecnología Química Dr. Jaime Cerda también la suma
de $210.000. Y en la Convocatoria-2002, en una sospechosa operación les
fue adjudicada igual suma a los que al año siguiente fueron los
Coordinadores de las Áreas de Tecnología Informática Dr. Marcelo Frías, de
Tecnología de Alimentos María Cristina Añón, y de Economía y Derecho Dr.
Luis Beccaria.
Asimismo, a los miembros del Directorio del CONICET Faustino Siñeriz,
Carlos Rapela y Dra. Noemí Girbal de Blacha les fue asignada a cada uno en
la Convocatoria-2002 la suma de $210.000; y a la Dra. Girbal en la
Convocatoria-2005 una suma indeterminada bajo el Código 32.396. Y al
Asesor de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación y Director del
Observatorio Científico-Tecnológico Dr. Mario Albornoz le fue adjudicada
en la Convocatoria-2003 la suma de $128.000, y en la Convocatoria-2005 una
suma indeterminada bajo el Código 33.851.
A los Coordinadores de Área, que han sido denunciados al comienzo de este
escrito, debemos agregar los Coordinadores siguientes:
1. En la Convocatoria-2005 les fue adjudicado subsidios por diferentes
montos a los Coordinado-res de Área Marcelo Cabada, Juan José Cazzulo,
Eduardo Arzt, Alcira Batlle, Juan José Podero-so, Horacio Corti, Alberto
Vargas, Luis Gugliotta, y Ana María Antón.
2. En la Convocatoria-2004 les fue adjudicado subsidios por diferentes
montos a los Coordinado-res de Área Eduardo Cánepa, Mirta Quattrochio,
Juan Pablo Paz, Rodolfo Sánchez, Damián Zanetti, Juan Jose Poderoso,
Amelia Rubiolo y Verónica Bucala.
3. En la Convocatoria-2003 les fue adjudicado subsidios por diferentes
montos a los Coordinado-res de Área Carlos A. Balseiro, Juan José Cazzulo,
Horacio Corti, Roberto Rossi, Carlos Lanusse, Isidoro Schalamuk, y Ricardo
Carelli
4. En la Convocatoria-2002 les fue adjudicado subsidios por diferentes
montos a los Coordinado-res de Área Gustavo Politis, Luis Alberto Beaugé,
Roberto Salvarezza, Ricardo Astini, Beatriz Coira, Hermenegildo Ceccatto,
Carlos Gigolo, Luis Mroginski, Maria Cristina Anón, Luis Beccaria y
Marcelo Frías.
5. En la Convocatoria-2000/2001 les fue adjudicado diferentes subsidios
por diferentes montos a los Coordinado-res de Área Eduardo Cánepa, Juan
José Cazzulo, Marcelo Cabada, Rodolfo Sán-chez, Damián Ravetta, Gustavo
Corach, Juan Pablo Paz, Juan José Poderoso, Alcira Batlle, Bea-triz Coira,
Walter Helbling, Ana María Parma, Alberto Escande, Amelia Rubiolo, Alberto
Vargas, Francisco Felipe Garcés, y el actual Presidente de la Agencia Lino
Barañao.
En efecto, en la Convocatoria-2005, les fue adjudicado a los Coordinadores
del Área de Ciencias Biológicas Marcelo Cabada y Juan José Cazzulo montos
indeterminados bajo los códigos 31.660 y 38211; a los de Cien-cias Médicas
Eduardo Arzt, Alcira Batlle, Juan José Poderoso cifras indeterminadas bajo
los códigos 31.541, 32642, y 34.785; al de Ciencias Químicas Horacio Corti
una cifra indeterminada bajo el código 32.916; al de Tecnología Energética
Alberto Vargas una cifra indeterminada bajo el código 32.438; al de
Tecnología Química Luis Gugliotta una cifra indeterminada bajo el código
38.158; y al de Ciencias Biológicas de Organismos Ana María Antón un monto
indefinido bajo el código 34.901.
En la Convocatoria-2004, le fue adjudicado al Coordinador del Área de
Ciencias Biológicas Dr. Eduardo Cánepa un subsidio por $280.000; al de
Ciencia de la Tierra Mirta Quattrochio $223.000; a los de Ciencias
Fisico-Matemáticas Juan Pablo Paz $271.000, Rodolfo Sánchez $200.000; y
Damián Zanetti $202.000; al de Ciencias Médicas Juan José Poderoso
$279.000; al de Ciencia de la Tierra Rodolfo Sánchez $78.802; al de
Tecnología de Alimentos Amelia Rubiolo $280.000; y al de Tecnología
Química Verónica Bucala $248.000.
En la Convocatoria-2003, le fue adjudicado al Coordinador del Área de
Ciencias Matemáticas Carlos A. Balseiro $210.000; al de Ciencias
Biológicas Juan José Cazzulo $210.000; a los de Ciencias Químicas Horacio
Corti $209.000 y Roberto Rossi $210.000; al de Tecnología Pecuaria Carlos
Lanusse $210.000; al de Tecnología Energética Isidoro Schalamuk $206.000;
y al de Tecnología Informática Ricardo Carelli $256.000. A propósito, el
Coordinador Roberto Rossi, aquí mencionado, sería el mismo que figura en
La Nación del viernes 1º de diciembre como habiendo recibido el Premio
Sadoski-Bernardo Houssay.
En la Convocatoria-2002, le fue adjudicada al Coordinador de Ciencias
Humanas Gustavo Politis $200.000; al de Ciencias Médicas Luis Alberto
Beaugé $210.000; al de Ciencias Químicas Roberto Salvarezza $193.000; a
los de Ciencias de la Tierra Ricardo Astini $210.000 y Beatriz Coira
204.000; al de Ciencias Físico-Matemáticas Hermenegildo Ceccatto $200.000;
al de Tecnología Química Carlos Gigoló $85.000; al de Tecnología Agraria
Luis Mroginski $163.000; a la de Tecnología de Alimentos María Cristina
Anon $209.000; al de Economía y Derecho Luis Beccaria $121.000; y al de
Tecnología Informática Marcelo Frías $206.000.
En la Convocatoria-2000/2001, le fue adjudicada a los Coordinadores del
Área de Ciencias Biológicas Eduardo Cánepa $130.000; Juan José Cazzulo
$140.000; y Marcelo Cabada $90.000; a los de Tecnología Agraria Ro-dolfo
Sánchez $84.000 y Damián Ravetta $140.000 (este último colaborador del
Ing. Víctor Kopp, Director del Área Técnica de Gestión de Subsidios); a
los de Ciencias Físico-Matemáticas Gustavo Corach $105.000 y Juan Pablo
Paz $90.000; al de Ciencias Médicas Juan José Poderoso $105.000; a la de
Ciencias Químicas Alcira Batlle $150.000; al de Ciencias de la Tierra
Beatriz Coira $120.000; al de Ciencias Biológicas de Organismos Walter
Helbling $130.000; al de Tecnología Pecuaria Ana María Parma $100.000; al
de Tecnología Agraria Alberto Escande $105.000; al de Tecnología de
Alimentos Amelia Rubiolo $150.000; y a los de Tecnología Energética
Alberto Vargas $84.000 y Francisco Felipe Garcés $72.000. En esta última
Convocatoria 2000/2001 le fue adjudicada al Prof. Lino Barañao la suma de
$140.000; al ex Presidente del CONICET y actual Director General del
FONCYT Armando Bertranou $75.000; y a los Decanos Alberto Boveris y Héctor
Trinchero $170.000 a cada uno. En la Convocatoria-2005 registra su
aparición el ex Secretario de Ciencia y Técnica del Menemismo Juan Carlos
del Bello bajo el código 35.196, y la Secretaria de Educación de la
Provincia de Buenos Aires Adriana Puiggrós con un monto indefinido bajo el
código 38.346. También registra un subsidio el reciente-mente ascendido a
la máxima categoría de Investigador Superior del CONICET Martín Isturiz
con una suma indefinida bajo el código 38.197
III.- El Conicet y la complicidad de sus Comisiones Asesoras
La presencia de los miembros del Directorio del CONICET Faustino Siñeriz,
Carlos Rapela y Noemí Girbal de Blacha entre los integrantes de la Cadena
de la Felicidad de la Ciencia Argentina ha confirmado la sospecha de la
existencia de una íntima reciprocidad entre la Agencia y el CONICET.
Cruzando la actual lista de integrantes de las Comisiones Asesoras del
CONICET, correspondiente al año 2006, con las Listas de los beneficiados
por la Agencia-SEPCyT durante el último quinquenio ha dado como resultado
casi un centenar de correlaciones, las que eventualmente revelarían la
identidad de los integrantes de ese falso Parnaso en que se ha convertido
la Cadena de la Felicidad aquí denunciada.
Entre los integrantes de la Comisión Asesora de Ciencias Médicas, los que
recibieron subsidios en el año 2000/ 2001 fueron Aldo Mottino con la suma
de $105.000; Carlos José Pirola con la suma de $120.000; Oscar Botta-sso
con un total de $92.000; y Héctor Targovink con el monto de $105.000; en
el año 2002 fueron Patricia Elizalde con la suma de $210.000; Ana María
Franchi con la suma de $210.000, y la Alicia Belgorosky con la suma de
$210.000; en el año 2003, Hugo Daniel Luján recibió la suma de $210.000, y
Osvaldo Uchitel la suma de $200.000; en el año 2004 los que recibieron
fueron Rodolfo Campos la suma de $279.000; Jorge Geffner la suma de
$174.000; María Ángela Lazzari la suma de $280.000; Alicia Mattiazzi la
suma de $251.000; Héctor Targovnik volvió a recibir otro monto de
$252.000; y Mario G. Murer la suma de $195.000. En este último caso,
habría que aclarar que el Dr. Murer había ya recibido en el año 2002 la
suma de $110.334. Y en el año 2005, los que recibieron fueron Claudia
Capurro una suma bajo el código 32.130; Osvaldo Podhajcer un monto bajo el
código 38.011; y otra vez Osvaldo Uchitel una suma desconocida.
Entre los integrantes de la Comisión de Biología Alfredo Juan Castro
Vázquez recibió en 2002 la suma de $147.000; y en el año 2005 Miguel Angel
Sosa Escudero recibió una suma indefinida bajo el código 33.383; y Marta
Dolores Mudry un monto bajo el código 38.001.
Entre los miembros de la Comisión de Química, en el año 2000/2001 María
Rita Micaela Hoyos de Rossi recibió un total de $140.000; Manuel López
Teijelo la suma de $94.000; y Carlos Previtali un total de $105.000; en el
año 2002 el Coordinador Gerardo Burton recibió la suma de $202.000; en el
año 2004 los que recibieron fueron Edgardo Durantini la suma de $203.000;
Luis Dante Martínez el monto de $160.000; y José Carmelo Pedregosa la suma
de $267.000. Y en el año 2005, Carlos M. Previtali volvió a recibir un
monto indeterminado bajo el có-digo 32.351. Entre los integrantes de la
Comisión de Bioquímica, en el año 2004, la Coordinadora Beatriz Capu-tto
recibió la suma de $280.000; José Luis Bocco recibió $279.000; Horacio
Garda recibió $270.000; Fernando Goldbaum el monto de $280.000; y María
Isabel Colombo recibió la suma de $276.000. En este último caso, habría
que aclarar que la Dra. Colombo había ya recibido en el año 2002 un monto
de $196.771.
Entre los miembros de la Comisión de Matemáticas y Computación Juan Santos
recibió en 2002 la suma de $205.000; y Graciela Boente Boente recibió en
2004 la suma de $177.000. Entre los miembros de la Comisión de Física,
Ricardo Piegaia recibió en 2002 la suma de $171.249; y en el 2005
recibieron Jorge Fernández Niello una suma indefinida bajo el código
32.757; y Patricia Levstein otro monto desconocido bajo el código 33.623.
Entre los integrantes de la Comisión de Astronomía, su Coordinador Pablo
J. Mauas recibió en 2005 una suma indeterminada bajo el código 32.408.
Entre los integrantes de la Comisión de Ciencias Exactas y Naturales
Gerardo Perillo quien desempeña a su vez el cargo de Coordinador de la
Comisión de Ciencias de la Tierra, recibió en 2004 la suma de $272.000.
Entre los miembros de la Comisión de Ciencias Agrarias, en el año 2002
Roberto Lecuona recibió la suma de $175.000; y en el año 2003 Sofía Chulze
recibió un total de $210.000. Entre los integrantes de la Comisión de
Veterinaria, en 2000/2001 Osvaldo Rossetti recibió la suma de $75.000; y
en 2002 Enrique Portianski recibió un total de $197.000. Entre los
miembros de la Comisión de Ciencias de la Tierra, el Agua y la Atmósfera,
en 2000/2001 Analía Artabe recibió $75.000; Sergio Matheos la suma de
$85.000; y Alejandro Tosselli la suma de $150.000; en 2002 Carlos
Cingolani recibió la suma de $188.167; en 2004 Susana Bischoff recibió un
total de $220.000; y en el 2005 los que recibieron fueron nuevamente
Analía Artabe una suma bajo el código 32.323; y Alicia Ronco un monto bajo
el código 38.350.
Entre los integrantes de la Comisión Asesora de Ingeniería Civil, Mecánica
y Eléctrica, el Ing. Guillermo Kauf-man recibió en 2005 una suma bajo el
código 38.168. Entre los miembros de la Comisión Asesora de Ingeniería y
Procesos Industriales y Biotecnológicos en 2000/2001 José Bandoni recibió
la suma de $120.000.
Entre los integrantes de la Comisión de Ciencias Humanas, María Isabel
Santa Cruz recibió en 2005 una suma bajo el código 38.227. Entre los
miembros de la Comisión de Arquitectura en 2000/2001 Beatriz Cuenya
recibió la suma de $60.000. Entre los integrantes de la Comisión de
Historia y Antropología en 2000/2001 Cristina Bellelli recibió la suma de
$92.000.
También han sido beneficiados con subsidios los integrantes de las
Comisiones Asesoras Pablo Penchaszadeh, Alfredo Bolsi y Guillermo Mengoni
Goñalons. También se registra este fenómeno: en la Universidad de Córdoba
con los Investigadores Dora Celton y César Tcach; en la Universidad de
Cuyo con el biólogo Alfredo Castro Vázquez; y en la Universidad Nacional
del Sur con el tecnólogo químico José Alberto Bandoni, quien integra la
Comisión Asesora de Ingeniería de Procesos Industriales y Biotecnología.
Entre los miembros de la Comisión Asesora Interdisciplinaria Especial
Ad-Hoc de la Gran Área de Ciencias Agrarias, Noemí Walsoe de Reca recibió
en el año 2003 una indefinida suma de dinero; y en la de Ciencias
Biológicas Stella González Cappa recibió un monto indeterminado, Ricardo
Farías $210.000 en 2003, y Rodolfo Ugalde que a su vez desempeña el cargo
de Coordinador de la Comisión de Veterinaria y fue Director del Consejo de
Investigaciones Científicas (CIC) de la Provincia de Buenos Aires recibió
$210.000 en 2003 y $275.000 en 2004.
Entre los integrantes del Comité Asesor del Núcleo Básico de Revistas
Científicas les fue adjudicado a Alfredo Bolsi $30.000 en 2000/01, a Dora
Barrancos $208.000 en 2004, a Alejandro Rofman $135.000 en 2004, a Marcelo
Cavarozzi $204.000 en 2004 y una cifra indeterminada a Stella González
Cappa.
Entre los integrantes de la Comisión Ad-Hoc-Recursos correspondiente a las
Ciencias Sociales le fue adjudica-da a Ana María Lorandi en 2003 la suma
de $72.969 y a Víctor Tau Anzoátegui $50.000 en 2000/2001 y un total de
$95.000 en 2003. Entre los integrantes de la Comisión Ad-Hoc de
Materiales, Roberto Salvarezza recibió en 2002 la suma de $193.000.
Y finalmente, entre los miembros del Comité Nacional de Ética en Ciencia y
Tecnología de la SECYT Stella M. González Cappa, Alberto R. Kornblihtt,
Armando Parodi y Otilia Vainstok recibieron jugosos subsidios. La Dra.
González Cappa lleva acumulados desde 1998 tres diferentes subsidios de
tres dígitos cada uno. ¿Sus otros miembros Roberto Fernánez Prini, Samuel
Finkielman, Noé Jitrik, Ernesto E. Maqueda, Fernando O. Ulloa y Aída
Kemelmajer de Carlucci tendrán algo para opinar respecto a la Cadena de la
Felicidad recientemente descu-bierta bajo sus narices? ¿Ninguno de estos
científicos expertos en temas de ética sospechó ninguna anorma-lidad?
IV.- Las Universidades Nacionales y la complicidad de sus Secretarías de
Ciencia y Técnica
Habíamos descubierto que los Coordinadores de la Agencia -elegidos por el
Directorio para seleccionar los evaluadores de cada Proyecto-- también
fueron simultánea o en forma diferida beneficiarios de subsidios. Más
luego hallamos que la Agencia subsidia a ciertos y determinados
Investigadores del CONICET y en reciprocidad el Directorio del CONICET los
designa en sus múltiples Comisiones y mediante su propia Junta de
Calificaciones los asciende en la carrera científica. Y hoy venimos a
descubrir que esta suerte de asociación ilícita no habría sido tampoco
posible sin la sociedad de las Secretarías de Ciencia y Técnica de las
diferentes Facultades y/o Universidades Nacionales, las cuales han tenido
merced a los Bancos de Evaluadores de la Secretaría de Polí-ticas
Universitarias y de la CONEAU -que establecen cual si fueran juntas de
calificación categorizaciones y puntajes a nivel individual e
institucional-- parte intrínseca en la eventual asociación ilícita y en
sus derivacio-nes penales, en cuanto a apoderamiento fraudulento,
usufructo patrimonial del cargo y enriquecimiento ilícito.
Entre las funciones y responsabilidades de los Secretarios de Ciencia y
Técnica de las Facultades y/o Univer-sidades Nacionales, la tercera pata
del trípode burocrático sobre el cual estaría montada la red que domina la
producción del conocimiento científico en Argentina, está la de hacer el
seguimiento de los Proyectos de In-vestigación financiados por organismos
nacionales, provinciales y/o universitarios, así como la de administrar
las Rendiciones de Cuentas de los gastos practicados por los Responsables
de los Proyectos financiados.
Los funcionarios que deben otorgar subsidios a otros y que por el
contrario se lo otorgan a sí mismos o a terceros que son afines por
amistad o parentesco habrían incurrido en varios delitos: en primer lugar
en nego-ciaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública; en
segundo lugar en la construcción de una red ilegal de apoderamiento
fraudulento de las estructuras de decisión de las universidades
(Rectorados, Decana-tos y Secretarías de Investigación), y de las
instituciones de dominación académica (CIN, CONEAU, CONICET, ANPCYT),
estas últimas alimentadas con los Bancos de Evaluadores provistos por
aquellas; en tercer lugar se habrían convertido en partícipes de una
asociación ilícita agravada en razón del cargo detentado; en cuarto lugar
habrían incurrido en lo que se conoce como usufructo patrimonial del
cargo; y en última instancia en enriquecimiento ilícito.
Estas conductas alcanzan a los mismos socios del silencio, que son los que
medran compartiendo subsidios y proyectos (conductas tipificadas en los
artículos 248, 256, 260, 261 y 210 del Código Penal), por cuanto la
obligación del funcionario académico es otorgar subsidios a los que lo
peticionan y no incurrir en incompatibili-dades manifiestas otorgándoselo
a sí mismo o a sus socios o amigos. Por cierto, para que la indagación de
la existencia de una asociación ilícita fuera más plenamente acreditada se
debería requerir la información relativa a los parentescos carnales y
políticos, que como cualquier fiscal federal conoce son en el interior del
país -por razones demográficas-una realidad más intensa y palpable que en
la capital de la república.
En cuanto al contralor de la gestión administrativa, tenemos que las
Universidades Nacionales practican dis-tintos criterios para ejecutar la
función de auditoria, con muy diversos grados de rigor y transparencia,
pues que se sepa no han descubierto hasta hoy ningún caso de apoderamiento
fraudulento y/o enriquecimiento ilícito. Algunas Universidades han
unificado esta responsabilidad en una Secretaría u organismo centralizado
y otras lo han diversificado en tantas Secretarías como Facultades existen
en sus organigramas. Para el caso, tenemos que la Universidad Nacional de
Tucumán tiene desde hace un tiempo al frente de su Secretaría de Ciencia y
Técnica al historiador Daniel Campi, el mismo a quien la Agencia financió
en el 2002 con un subsidio de $135.938.
En la Universidad Nacional de Córdoba, figura a la cabeza de la Secretaría
de Ciencia y Técnica el químico Héctor Rubinstein, el mismo que fue
financiado en el período anterior de 2005 con un subsidio cuyo monto aún
sigue indeterminado. En la Universidad Nacional de Rosario, el Secretario
de Ciencia y Técnica de la Facultad de Ciencias Exactas Roberto Aquilano
se benefició en 2005 con un subsidio de monto indeterminado. En la misma
universidad, el Secretario de Ciencia y Técnica de la Facultad de Medicina
Oscar Bottasso se benefició en 2004 con un subsidio de $213.125. En la
Universidad Nacional de Córdoba, el Decano de Ciencias Químicas Gerardo
Fidelio recibió en el 2001 la suma de $134.000. Y en la Universidad
Nacional del Litoral, la Vice-Deca-na de la Facultad de Farmacia Yolanda
Bolzón de Lombardo se benefició en 2005 con otro subsidio de suma
indefinida.
En la provincia de Buenos Aires, los actos cuestionados tampoco
escasearon. En la Universidad Nacional del Sur, el actual Secretario de
Ciencia y Técnica Osvaldo Agamennoni recibió en 2003 la suma de $147.727.
En la Universidad Nacional de Mar del Plata, el Decano de Ciencias Exactas
Gustavo Daleo y la Secretaria de Investigaciones Virginia Manzini
recibieron en 2005 sendas sumas de monto indeterminado. En la Universidad
Nacional de San Martín, el Director de la Escuela de Política Marcelo
Cavarozzi se benefició en 2004 con un subsidio de $204.529; y el
Secretario de Investigación Diego Hurtado de Mendoza fue financiado en
2004 con un subsidio de $71.279. Y en la Universidad Nacional de Quilmes
tenemos el caso de un Consejero Departa-mental el biólogo Pablo
Ghiringhelli, quien obtuvo en el 2005 un subsidio de la Agencia por un
monto indefinido de pesos; y el de un biólogo Mario R. Ermácora, que fue
subsidiado reiteradamente en dos períodos consecu-tivos, el del 2004 y el
del 2005.
En el caso de la UBA, tenemos que algunos de los integrantes de la media
docena de Comisiones Técnicas Asesoras (CTA) --que tienen como función
prestar asesoramiento en las tareas de evaluación de las distintas
actividades de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UBA-- serían
también hipotéticamente parte necesaria de la red denunciada. Entre los
beneficiarios de los subsidios por cifras aún no divulgadas, repartidos
por la Agencia en el 2005, se encuentran los siguientes Investigadores: el
miembro de la CTA No.1, de las Ciencias de la Salud Humana Rodolfo
Rothlin; el integrante de la CTA No.3 de Ingeniería, Ciencias Ambientales
y Habitat Juan Manuel Borthagaray (quien a su vez suma otro subsidio del
2002 de $210.000); los miembros de la CTA No.4, de Ciencias Básicas y
Biológicas Alicia Godeas (PICT-2003 de $208.980) y Juan Pablo Rossi (quien
a su vez suma otro subsidio del 2002 de $206.250); los miembros de la CTA
No.5, de Ingeniería, Ciencias del Am-biente y Habitat Guillermo Artana y
Jorge Alberto Sarquis; y los integrantes de la CTA No.6 de Ciencias
Agro-pecuarias y Salud Animal: Ana Pilosof, Jorge Casal, Alejandro
Mentaberry, Angel Chiesa (suma otro subsidio del 2002 de $203.708) y
Alicia Fernández Cirelli, ex Presidenta de UBACYT durante el Menemismo.
Por último, fal-taría contrastar las listas de beneficiarios de subsidios
con los anteriores integrantes de estas mismas Comi-siones Técnicas
Asesoras, que por cierto no están exhibidos en la web, seguramente dados
de baja para no dejar rastros de sus reiterados ilícitos.
En cuanto a las Secretarías de Ciencia y Técnica de cada Facultad de la
UBA, tenemos que en la Facultad de Odontología, el Secretario de Ciencia y
Técnica Enri Santiago Borda -integrante del CTA No.1-- ganó en el 2005
otro PICT de monto desconocido. En la de Farmacia y Bioquímica el
Secretario de CyT Daniel Turyn ganó en 2004 un subsidio por $212.925. Y en
la de Medicina, en la actual Comisión de Investigación de dicha Facul-tad
el Dr. Daniel Sordelli ganó en el 2002 un subsidio por $210.000. Asimismo,
en la UBA hemos encontrado entre los beneficiados por la Agencia al Decano
de Filosofía y Letras Héctor Trinchero con $170.000, al Deca-no de
Farmacia Alberto Boveris con $140.000, a la Vice-Decana de Farmacia
Graciela Ferraro con una suma indeterminada, al Vice-Decano de Medicina
Ricardo Gelpi con un subsidio en 2002 de $161.812; y a un ex Decano de
Sociales Fortunato Mallimacci con $362.186 en 2004. Entre el staff de la
Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación nos tropezamos con el nunca
tan bien recordado Hugo Levato, el mismo que aseguraba durante el Proceso
y desde USA lo bien exonerados que estaban los Investigadores que más
luego "desapare-cieron". En efecto, en el 2004 Hugo Levato levantó en la
Agencia un subsidio por la suma de $231.422. Y en el caso de la CONEAU,
dos miembros de su Directorio, el sociólogo y ex funcionario de la
Universidad Nacional de Quilmes Ernesto Villanueva, y el sociólogo Carlos
Pedro Krotsch recibieron de la Agencia respectivamente en 2002 y 2005 la
suma de $155.354 y de un monto desconocido.
También contamos con los extraños casos de aquellos Investigadores que
aparecen financiados de manera duplicada, es decir con subsidios otorgados
a la misma persona y/o su homónima, en dos proyectos corres-pondientes a
unidades académicas distintas. Este ha sido el caso en la Universidad
Nacional del Centro del Investigador Alberto Parma, quien aparece con un
subsidio otorgado en el 2005 en el Área de las Ciencias Médicas, y otro
tanto en el mismo período en el Área de la Tecnología Pecuaria. El del
Investigador Jorge Calvo, de la Universidad La Patagonia, y
simultáneamente miembro de la Junta de Calificaciones del CONICET, quien
aparece subsidiado en el mismo período del 2005 en dos Proyectos
distintos, uno en el Área de las Ciencias de la Tierra y el otro en el
Área de las Ciencias Biológicas de Organismos. Y el del Investigador
Emilio Malchiodi de la UBA, quien figura subsidiado en el Área de las
Ciencias Biológicas y también en el Área de las Ciencias Médicas.
Para el caso de la Universidad Nacional de Rosario contamos con el muy
particular ejemplo de un matrimonio cuyos integrantes tuvieron ambos la
felicidad de que la ANPCYT les financiara sendos proyectos, tanto el del
marido, el biólogo Ricardo Duffard, en el 2005; como el de su esposa la
tecnóloga del medio ambiente Ana María Evangelista de Duffard, con un
monto de $258.333 devengado en el 2004, que sumados ambos dan en la unidad
familiar más de medio millón de pesos en un par de años.
Por último, la cuarta pata de la mesa sobre la cual está mal servida la
ciencia argentina sería la Secretaría de Políticas Universitarias y la
CONEAU, ambas dependientes del Ministerio de Educación de la Nación,
institucio-nes destinadas a categorizar a los denominados docentes
investigadores y a los programas de las institucio-nes de docencia
superior. Ambas instituciones se han prestado hasta el presente, a través
de las supuestas categorizaciones y puntajes, a toda suerte de
manipulaciones y conspiraciones, de la cual están privilegiada-mente
exentos quienes son docentes de universidades o investigadores
correspondientes al ámbito privado. Es decir, los miembros de
instituciones o universidades privadas están excepcionalmente dispensados
de tener que pasar por las horcas caudinas y kafkianas de una inmensa
burocracia estatal.
V.- Conclusiones
Para completar esta investigación faltaría conseguir la Lista de Subsidios
del corriente año 2006 y cruzar la Lista de Subsidios de la Agencia con
las Listas de las Comisiones Asesoras del CONICET correspondientes a los
años 2000/2001, 2002, 2003 y 2004, y así poder comprender el cuadro de
gerenciamiento de la red denuncia-da. Asimismo, quedaría por cruzar esta
información con las Listas de Ascensos practicados por la Junta de
Calificaciones del CONICET, y con las Listas de los categorizados para los
Incentivos producidas por las dife-rentes Universidades Nacionales. Cabe
agregar que la metodología es la misma que se inauguró en los Premios
Bernardo Houssay, que se repartieron en 1987, y que se denunciaron en su
oportunidad con nombres y ape-llidos, y donde uno de sus organizadores
integra la actual Junta de Calificaciones del CONICET.
En todos estos Listados llaman la atención más de una docena de
repeticiones, como ser las de Eduardo Cánepa, Rodolfo Sánchez, Juan José
Poderoso, Héctor Targovnik, Mario G. Murer, Osvaldo Uchitel, Mario
Albornoz, Víctor Tau Anzoátegui, Carlos M. Previtali, Analía Artabe, María
Isabel Colombo, Beatriz Coira y Amelia Rubiolo, quienes aparecen como
beneficiarios en repetidas Convocatorias. El de Poderoso parece ser el más
llamativo pues también registra un tercer subsidio en el 2005.
Las preguntas que caben formularse son de orden jurídico y moral: ¿los
actos académicos administrados por estos Coordinadores cuentan con validez
moral y legal? ¿Estamos o no frente a un caso criminal, y en tal
eventualidad corresponde o no efectuar una denuncia judicial? ¿De tratarse
de un delito los actos de los imputados deberían ser reconsiderados y en
ese caso deberían o no restituir los dineros recibidos? ¿Qué pasa con los
numerosos proyectos que fueron rechazados y cuyos evaluadores fueron
designados por los Coordi-nadores aquí denunciados? y ¿Que responsabilidad
les cabría en este entuerto a los Presidentes del ANPCYT y del CONICET
Lino Barañao y Eduardo Charreau y a sus directos superiores Tulio Del Bono
y Daniel Filmus?.
Toda esta investigación lleva al viejo enigma socrático sobre si es acaso
posible democratizar una mafia, que impida los abusos de poder y las
repeticiones dolosas de las prebendas racionadas, o por el contrario ello
es una tarea imposible. Por lo pronto, se debería considerar las ventajas
y menores riesgos de error de premiar obras consumadas sobre la de
subsidiar obras proyectadas cuyos eventuales beneficiados deben ser
previa-mente categorizados por una burocracia estatal contaminada.
Finalmente, debemos concluir que la lucha contra la corrupción en el campo
de la ciencia sólo puede tener éxito desde la instancia política, y que
ninguna esperanza puede cifrarse en la judicialización de la misma. Es
entonces la política la que --en el marco de los derechos y garantías
democráticos- debe producir el sanea-miento moral y el cambio estructural.
Fuente Documental
Convocatoria-2000-2004
http://www.agencia.gov.ar/convocatorias/foncyt_convocatorias_anteriores_pict.php
Convocatoria-2005
http://www.agencia.gov.ar/convocatorias/documentosconvocatorias/TIPO_A_Y_B.pdf
Proyectos No Admitidos en 2004
http://www.agencia.gov.ar/convocatorias/documentosconvocatorias/pict2004_no_admis.pdf
Proyectos No Admitidos en
2003http://www.agencia.gov.ar/convocatorias/documentosconvocatorias/pict2003_no_admis.pdf
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